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16 may 2012

Los misterios de Fátima


"En el Tercer Secreto se predice, entre otras cosas,
que la gran apostasía en la Iglesia empezará en lo alto."
(Cardenal Mario Ciappi, teólogo papal bajo Pablo VI y Juan Pablo II) 
Por: Maria Teresa Villaverde Trujilloashiningworld@cox.net 

Vitral de la antigua capilla dedicada a la Virgen de Fátima
en la Parroquia de San José de Jatibonico, Cuba. 
La pérdida de la fe de un continente es peor que la aniquilación
de una nación; y es verdad que esa fe disminuye continuamente
en Europa.”  (Cosme do Amaral, obispo de Fátima en  1984)
 
El primer secreto era una visión del Infierno:
“,,,Nuestra Señora nos mostró un gran mar de fuego que pareció estar bajo la tierra. Hundido en este fuego estaban demonios y almas en la forma humana, como ascuas transparentes de ardor, todo bronce ennegrecidos o bruñidos, flotando cerca de la conflagración, ahora levantados en el aire por las llamas que saltaron de dentro de sí mismos junto con grandes nubes de humo, ahora recurriendo a cada lado parecidas a chispas en un fuego inmenso, sin el peso o el equilibrio, y entre chillidos y gemido de dolor y desesperación, que nos horrorizó y nos hizo temblar de temor. Los demonios podrían ser distinguidos por sus aterradoras y repulsivas formas semejantes a animales espantosos y desconocidos, todos negros y transparentes. Esta visión duró por un instante. Cómo pudimos jamás estar suficientemente agradecidos a nuestra Madre celestial amable, que ya nos había preparado prometiendo, en la primera Aparición, para tomárnos al cielo. De otro modo, yo pienso que habríamos muerto del temor y el terror...”


El segundo eran las instrucciones de cómo salvar las almas del Infierno y reconvertir el mundo a la cristiandad:
“...Ustedes han visto el infierno donde las almas de los pobres pecadores van. Para salvarlos, Dios desea establecer en la devoción de mundo al Corazón Inmaculado. Si lo que digo a usted es hecho, muchas almas se salvarán y habrá la paz. La guerra terminará: pero si las personas no dejan de ofender a Dios, una peor estallará durante el Papado de Pío XI. Cuándo ustedes vean una noche iluminada por una luz desconocida*, sepan que esto es el gran signo dado a ustedes por Dios que él está a punto de castigar al mundo por sus crímenes, por medio de la guerra, el hambre, y las persecuciones de la Iglesia y del santo Padre. Para prevenir esto, yo vendré a pedir la consagración de Rusia al Corazón Inmaculado, y a la Comunión de reparación en los Primeros sábados. Si se hacen caso de mis pedidos, Rusia se convertirá, y habrá la paz; si no, ella esparcirá sus errores a través del mundo, causando las guerras y las persecuciones de la Iglesia. El bueno será martirizado; el santo Padre tendrá mucho que sufrir; varias naciones serán aniquiladas. Al fin, el Corazón Inmaculado triunfará. El santo Padre consagrará Rusia a mí, y ella será convertida, y un período de paz será otorgado al mundo...”

Según consta en Archivos: el Comisario del Santo Oficio de acuerdo con el Emm. Card. Alfredo Ottaviani, el 17 de agosto de 1959 llevó el sobre que contenía la tercera parte del "secreto de Fatima" a SS Juan Pablo XXIII.  Su Santidad, después de algunos titubeos expresó: "esperemos, rezaré y después le haré saber lo que decida…" y devolvió el sobre lacrado al Santo Oficio. El 27 de marzo de 1965 Pablo VI leyó el contenido y con la decisión de no publicar el texto devolvió el sobre al Archivo del Santo Oficio. En una carta de Sor Lucia al Santo Padre en mayo 12, 1982 ella dice que la tercera parte del secreto se refiere a las palabras de la Virgen: "…los buenos serán martirizados, el Santo Padre sufrira mucho, varias naciones serán destruidas…" 

Cuando el Papa Juan Pablo II anunció en el 2000 que había decidido hacer público el texto del tercer misterio y unos meses más tarde el texto fue liberado por el Vaticano, con ello quedo abierto al mundo un trozo de la historia del siglo XX, el cual ha estado marcada por la tragica e inhumana voluntad de algunos hombres. He aquí parte del tercer misterio:
“...Después de las dos partes que ya he expuesto, hemos visto al lado izquierdo de Nuestra Señora un poco más en lo alto a un Ángel con una espada de fuego en la mano izquierda; centelleando emitía llamas que parecía iban a incendiar el mundo; pero se apagaban al contacto con el esplendor que Nuestra Señora irradiaba con su mano derecha dirigida hacia él; el Ángel señalando la tierra con su mano derecha, dijo con fuerte voz: ¡Penitencia, Penitencia, Penitencia! Y vimos en una inmensa luz qué es Dios: « algo semejante a como se ven las personas en un espejo cuando pasan ante él » a un Obispo vestido de Blanco « hemos tenido el presentimiento de que fuera el Santo Padre ». También a otros Obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas subir una montaña empinada, en cuya cumbre había una gran Cruz de maderos toscos como si fueran de alcornoque con la corteza; el Santo Padre, antes de llegar a ella, atravesó una gran ciudad en medio de ruinas y un poco tembloroso con paso vacilante, apesadumbrado de dolor y pena, rezando por las almas de los cadáveres que encontraba por el camino; llegado a la cima del monte, postrado de rodillas a los pies de la gran Cruz fue muerto por un grupo de soldados que le dispararon varios tiros de arma de fuego y flechas; y del mismo modo murieron unos tras otros los Obispos sacerdotes, religiosos y religiosas y diversas personas seglares, hombres y mujeres de diversas clases y posiciones. Bajo los dos brazos de la Cruz había dos Ángeles cada uno de ellos con una jarra de cristal en la mano, en las cuales recogían la sangre de los Mártires y regaban con ella las almas que se acercaban a Dios...”
SS Juan Pablo II comentó en 1980 que sus antecesores no liberaron el secreto "por no alentar el poder del mundocomunista a hacer ciertos movimientos"; y el 11 de mayo del año 2010, el Papa Benedicto XVI dijo que los sufrimientos actuales de la Iglesia por los abusos sexuales contra niños cometidos por sacerdotes forman parte de los sucesos que aparecen en el tercer secreto de Fátima.

También se supone que en el tercer secreto de la Virgen de Fatima se insinúa los tres atentados contra SS Juan Pablo II. El primero ocurrido en noviembre de 1979 por un joven italiano al que lograron detener a tiempo.  El segundo sucedió el 13 de mayo de 1981 en la Plaza de San Pedro  cuando un turco  disparó sobre el Papa hiriéndolo en el vientre y en la mano izquierda. E igual el 12 de mayo de 1982 cuando Juan Pablo II visito Fátima en Portugal y un sacerdote católico –español-  trató de herirlo con una larga bayoneta de fusil.– 

   

Mayo 13, 2012




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