En estos días se habla mucho del aborto y
se ha convertido en un tema de campaña, después que el presidente Obama apoyara
el derecho al aborto, o sea, la libre elección de la madre. Y, por los cambios de Romney en asuntos
sociales, quien ahora dice que se opone al aborto, creando dudas entre los
republicanos sobre sus convicciones conservadoras.
Yo estoy en contra de las guerras, la pena
de muerte, huelgas de hambre y en contra de todo lo que sea interrumpir la vida de un ser humano.
Creo que el aborto inducido, provocado con pleno conocimiento y consentimiento
de la madre, es atentar contra la vida de un ser humano con vida, por lo tanto,
es cometer un crimen. Además, se viola la ley de Dios, uno de los 10
mandamientos, y también la madre pone su vida en peligro. Por lo general,
cuando una mujer se hace un aborto lo hace porque no desea tener la
responsabilidad de criar a la criatura por los motivos que sean.
Sin embargo, en la Habana, Cuba, había una
Casa de Beneficencia y Maternidad, donde antes hubo una Casa Cuna, fundadas
todas en Mayo 16, 1705, por el Obispado de la Iglesia Católica Cubana, entre
los finales del siglo XV11 al XV111, aunque fue ideada anteriormente por Juan Bautista
Valdés. En una ventana del edificio había una puerta rotatoria con una campana, allí la madre de
manera anónima colocaba al niño y era recibido con los brazos abiertos por una
de las monjas de esa institución. Allí vivían, se educaban y se les ensenaba
un oficio. Hubo casos de jóvenes que estudiaron una carrera.
Pienso que esta sería una posible solución
para la madre, salvar al niño, y una obra humanitaria que evitaría muchos
abortos.
Elsa I. Pardo
Miami
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