13 ene 2010

CUBANO, UNA PALABRA QUE DEFINE Y CLASIFICA


Por: Amelia M. Doval.

Ser cubano, no es una elección al nacer, es un acto impositivo, glorificante e innato que te concede el privilegio de ver por primera vez el mundo en una isla que tiene la característica indefinida de ser un pedazo de tierra rodeado de mar o una multitud de recuerdos rodeada de sentimientos. Ser cubano no te quita el derecho de haber nacido en Hialeah, Kendall o Homestead, puedes hablar inglés, comer hamburger y bailar ¨salsa¨ con el frenético entusiasmo que la academia o tu familia te enseñaron y eso te hace si no ser cubano al menos parecerlo. Ser cubano no te prohibe hablar bajo, pedir permiso al entrar, haber dejado de fumar o no pensar que todo lo que dices está correcto porque de todas formas vas usar guayabera, recomendarte entre los viejos amigos de tus padres, hablar español con tu abuela o decir que el gobierno actual ha destruido al país, algo cien por ciento real y que no es necesario ser un master o doctor para dejarlo claro.
Ser cubano, incluye hacer dietas todo el año, ir al gym, correr o montar bicicletas, pero no te detiene ante una yuca con mojo, un buen plato de frijoles negros o un puerquito en casa de un amigo cuando celebramos cualquier, justificada o no, reunión.
Andar entre cubanos no te hace ser diferente pero si te define en la manera de hablar o en el gesto seguro cuando de alcanzar una meta se trata. Ser cubano no es un Oscar al mejor actor ni un premio al cantante más famoso mas te puede llevar a la fama quizás no mundial aunque sí entre todos los conocidos porque eres tan terruño como Celia Cruz, Andy García o Arturo Sandoval.
Ser cubano te define como anticomunista, antifidelista, anti-ruso, ante todo, un ser que politicamente hablando puede apasionarse o burlarse de hasta de uno mismo. Ser cubano es sinónimo de dominó, cerveza y buena música aunque siempre mates una jugada, no toleres el alcohol o tengas dos pies izquierdo y una obstrucción total, para que entre el ritmo, en cada oreja. Ser cubano te puede garantizar la conquista aunque nunca te asomaras a sus costas pero el mundo supone que somos deliciosamente cómicos, adorables como amigos y amantes sin tregua.
Ser cubano te garantiza haber sido balsero aunque vinieras en avión, ser marielito si te consideran un poco pasado para la edad común entre los de Guantánamo o un ingreido si le dices que viniste hace 10 años. Ser cubano te divide en zonas de tolerancia aunque nacieras después del 59, tu única foto de infancia fuera de pasaporte y no hubieses tenido más opción que esperar 32 años para poder encontrar un punto de escape. Ser cubano lleva implicíto que sabes hacer negocios, sobrevivir bajo cualquier circunstancia o triunfar si solo te lo propones un poco. Ser cubano te identifica porque de alguna manera vas a sobresalir y además vas a aprender que negarnos entre nosotros es un error porque siempre alguien de los tuyos te dará la mano, te aplaudirá a conciencia o te abrirá una puerta por más cerrada que esté.
Ser cubano te hace buen padre, excelente hijo o también un exagerado y aunque seas en algún momento la oveja negra del barrio alguien te va a dar un chance. Haber nacido en Cuba o ser descendiente es suficiente para que todos te imaginen en el Versailles, te apasionen las crocretas o crean que en algún momento vas a tener un cuerpo de sirena por más gorda o flaca que estés porque eso está en la sangre y para todos es un delito no caminar con gracia y arrogancia. Para los cubanos todos los hijos deben tener una carrera, eso es lo único que abre puertas y los vagos no son bien vistos. Ser cubano en fin no te hace diferente pero, si te define, te clasifica, te marca porque vivas donde vivas, prefieras el silencio o la soledad siempre en algún momento vas a necesitar, la bulla de la gente, la música alta, tomarte un descanso entre amigos, no perderte una presentación de tus hijos, hablar siempre de tus descendientes, discutir sobre política, en fin sentirte CUBANO, en un doscientos porciento, porque de ahí procedemos y de ese orgullo nos viene la energía para no parar en el difícil camino de vivir.

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