25 feb 2014

DORA FERNANDEZ: Pasiones diferentes

Los latinoamericanos aman con pasiones desmedidas, nuestros hombres son machos, que cual gallos de pelea defienden a sus mujeres con uñas y dientes. Ay de aquel que se atreva a mirar con malicia a su amada, intente propasarse o le lance un piropo subido de tono. Más ignorante el amante, más peligroso será el reto y el tema es tan serio que puede costarle la vida al atrevido.
La mujer para muchos varones es un objeto, algo que se posee en exclusividad y que no se comparte bajo ningún concepto, esté o no casada. Miles de mujeres dependen del bolsillo del marido y eso le otorga un poder absoluto. Si se separan o divorcian empieza la penuria. Se convierten en enemigos irreconciliables y usan a los hijos para chantajear a quien juraron amor eterno.
Claro que existe la fidelidad y hogares que discrepan pero que sazonan sus vidas entre separaciones y amistades, pero ahora con internet todo es absolutamente posible, hasta que el más fiel de los maridos sea seducido por una desconocida que se le presente en cueros y luego no podrán rescatarlo, habrá sido engullido por el sistema virtual, que abre la puerta de mil y una fantasías. Y el amor, al igual que el sexo, necesita esos ingredientes para sobrevivir.
Los hombres latinos son infieles por naturaleza, pero si son generosos, buenos amantes y mejores padres, la compañera de vida lo soporta todo y es feliz a su manera, porque esa es una forma de concebir la vida en familia en esa parte del mundo.
En España he visto parejas que pasan del amor al odio en cinco años y lo único que prevalecen son los bienes materiales y el despojo es una práctica común, porque en raras ocasiones existe el contigo pan y cebolla. Las peleas matrimoniales acaban tan brutalmente que olvidan a las principales víctimas, que son sus niños. Solo permanece uniéndolos, a veces para siempre, los bienes adquiridos en común. Con esta crisis la pasión debe de haberse extinguido en muchos hogares. Por supuesto que existe gente que ama de veras, pero son una especie en extinción.
En Suecia más del 50 por ciento de las familias son divorciadas pero tienen unas relaciones fabulosas con el tema de la tenencia compartida de los hijos, una semana con cada quien, llega un momento que pueden veranear juntos aunque compartan el lecho con otros. Luego del divorcio se convierten en amigos eternos que comparten un café, cenan en grupo con sus respectivas parejas y dialogan sobre el futuro de sus niños.
El día de San Valentín, en Uppsala me senté a la orilla de un pequeño río y estuve absorta contemplando una pareja que comía al aire libre. Ella tendría 65 y el 70, observé que se cogían de la mano. Ella le daba de comer en la boca, se besaron en los labios y seguí la escena impresionada por tanta ternura. Los imaginé viviendo juntos y que ese día especial habían deseado estar en un ambiente diferente. Estaba equivocada, pues una hora después veía como se despedían cariñosamente y cada quien tomó un rumbo distinto. La escena me dejó perpleja.
Cerca de ellos una joven pareja bailaba animadamente al aire libre sin importarles si alguien los veía; es más, ni siquiera estaba segura si la música acompasaba su ritmo, pero él seguía sus pasos y lo invitaba a disfrutar ese momento, hasta que me acerqué a ellos y pude comprobar que ensayaban, porque actuaban en un teatro.
Ese momento recordé a quienes piensan en los suecos como bombas sexuales, fascinados por tipos diferentes y no se equivocan pero tienen los pies afirmados a la tierra y el corazón lo guardan en su bolsa de hacer compras. Sin duda pueden ser tiernos, respetuosos y hasta capturas el brillo de la pasión en sus ojos, pero su cerebro está por encima de sus emociones.
Son adictos a internet y las redes sociales, los mensajes de whatsapp, twitter y todo lo que significa comunicación, siempre leen y practican deporte. Son gente culta, pero si escudriñas en sus sentimientos, te queda la gran duda; para ellos el amor es como una herramienta y como tal debe ser regulada.
Periodista peruana.

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24 feb 2014

Bienvenidos al nuevo desorden mundial

Publicado en el Nuevo Herald en enero 1, 2014


En el 2014 Estados Unidos puede perder el tren de la historia. Y hacer que el mundo descarrile al paso de ese tren.
Desde la Segunda Guerra Mundial, Washington ha actuado como “poder organizador” del orden internacional. Es un papel que, con aciertos y fallos, han ejercido tanto gobiernos demócratas como republicanos, con el fin de expandir democracia y prosperidad por el planeta. La llamada Pax Americana, que ha evitado una tercera guerra o un conflicto nuclear.
Ahora ese principio básico del manual de política exterior está en franco retroceso, a pesar de que la era que vivimos de convulsiones, nuevas amenazas y cambios geopolíticos requiere –más que nunca– un liderazgo responsable (versus un liderazgo zarista “a la Putin”, por ejemplo). Pero la “doctrina Obama” ha reemplazado ese principio organizador por la teoría del “realismo benigno”, según la cual para que aflore un balance de poder internacional lo que tiene que hacer Estados Unidos es apartarse a un lado.
Y apartándose está. En un repliegue de corte neo-aislacionista que tiene jubilosos a rivales y adversarios, boquiabiertos a los aliados, muy preocupados a países que dependen de su protección, y desamparadas a las miles de víctimas de la violencia que mueren cada día en Siria, Sudán, República Centroafricana etc.
El “realismo benigno” retoma la idea utópica de “paz perpetua” que Immanuel Kant creyó posible hace dos siglos. Y que ni lo fue entonces, ni lo es ahora. Lo que hace es alimentar el hambre de dominio de los enemigos del orden mundial, principalmente Irán, China y Rusia. Los dos últimos compitiendo por llenar el vacío de liderazgo que deja la retirada de EEUU.
Tal retirada pacifista no tiene en cuenta las enormes repercusiones geopolíticas.
Sólo se rige por tesis moralistas o legalistas, que le facilitan el actuar aisladamente, caso por caso y tema por tema (derechos humanos, libre comercio, terrorismo o proliferación nuclear), sin tener en cuenta el impacto regional o global, o simplemente qué sucede tras sacar a un dictador (Mubarak), o no sacarlo (Assad). Y en su lugar permite figurarse transiciones imaginarias a la democracia o denominar “primaveras árabes” a convulsiones violentas o luchas tribales. En suma, crear un mundo de ficción, de feel good, a imagen y semejanza de la industria político-periodística de Washington.
Este optimismo miope e ingenuo se ha agudizado in extremis con la actual Casa Blanca, aunque es un vicio derivado del triunfalismo del fin de la Guerra Fría en los 90, cuando se creyó que la democracia, la paz y la prosperidad se esparcirían por el globo por puro contagio. Luego vino el shock del 11 de septiembre, seguido de la también errónea “doctrina Bush” en Irak. Y después de ese trauma (bueno, en Irak no hay un ‘después’ porque siguen matándose), Obama retomó y modificó la hipótesis del contagio democrático espontáneo añadiéndole un peligroso elemento de automarginación del mundo.
Pero la democracia y el orden mundial requieren “man-te-ni-mien-to”. En sus múltiples formas. Comenzando por la persuasión, porque el poder es atractivo, genera una clientela de imitadores de los valores democráticos. ¿A quién va a seguir el mundo si EEUU se retira definitivamente de la escena internacional y pierde influencia política, económica, militar y cultural?
¿Al chino capital-dictador-militarista Xi? ¿Al Islam expansionista shia de Irán o al sunita de Arabia? ¿Al zar Putin? ¿A la floja Europa, sin apetito de liderazgo más allá de sus fronteras? ¿Quizá a Japón, México o Brasil?
Este año que comienza se cumple un siglo de la Primera Guerra Mundial y el planeta no está para fantasías ni correctismos políticos. Hay desorden y poderes destructivos allá donde se mire. Y hay un colapso generalizado de la autoridad central, que había sido el sello de identidad de la Modernidad y que se ha sustituido en muchas áreas del planeta por otros actores no gubernamentales: gansters, grupos radicales transnacionales o tribus.
Vemos un ascenso del populismo (particularmente en Latinoamérica y Europa), del tribalismo (Africa y Asia) y de nacionalismos exacerbados alrededor del mundo. De terroristas, de ciber-criminales, de guerrillas, pandillas y de cuanta lacra ha gestado la Humanidad.
En este momento caótico de la Historia, Washington ha decidido replegarse y renegar de su supremacía. Feliz Año Nuevo.
Periodista y analista política internacional.

Cambian los papas, no la iglesia



Con fecha 19 de febrero salió publicada la columna Cambien la Iglesia, pero dejen al Papa, de Jorge Ramos.
Cualquier persona mediocremente catequizada sabe que los Papas no tienen autoridad sobre la doctrina cristiana. Son transmisores al estilo de San Pablo: “Les transmití lo que a mi vez recibí...” (1Cor 15,3). El llamado “desarrollo del dogma” no es más que crecimiento de la Teología. Las verdades cristianas no aumentan en número. Sólo crecen las explicaciones de la doctrina en categorías adecuadas a los tiempos, culturas y lugares.
Los Sumos Pontífices no pueden cambiar ni el Credo ni los mandamientos de Dios. Sólo cambian las ordenanzas de corte disciplinar o práctico. Por ejemplo, en 1968 cesó la praxis de abstinencia de carne todos los viernes del año. Hubo, además, cambios posconciliares en lo litúrgico, como el uso de lenguas vernáculas, además del Latín, que nunca quedó abolido.
También se suavizó el rigor penal. Hoy en día, si un teólogo enseña heterodoxias, la Congregación para la Doctrina de la Fe lo invita a corregir sus errores. En caso de contumacia, pierde las facultades sacerdotales, si sacerdote es, y lo retiran de la enseñanza en seminarios o universidades católicas. Pero en otros tiempos, el heterodoxo podía acabar en la hoguera (!)
No se puede esperar, por ejemplo, que la Iglesia celebre bodas homosexuales cuando el primer libro de la Biblia dice: “Por eso deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer, y se hacen una sola carne” (Gen 2,24).
El Vaticano vivió en actividad febril durante la tercera semana de febrero. El Papa y sus asesores se enfrentaron a asuntos de carácter administrativo y pastoral. Temas centrales han sido la reorganización de la Curia Romana y la Pastoral de la Familia, célula básica de la sociedad. No se pusieron a discutir indiscutibles temas de fe y moral.
Si el periodista Ramos espera cambios doctrinales para hacerse católico práctico, la muerte lo sorprenderá esperando. También al septuagenario Papa Francisco se le cumplirán sus años. Entonces elegirán a un nuevo Sucesor de Pedro, el número 266. Los Papas pasan, pero no la Iglesia, que sólo debe fidelidad a Dios, no a las encuestas, por ser una, santa, católica y apostólica.
Eduardo M. Barrios, S.J.
Miami

LA PROTESTA ES UN DERECHO Y NO UN DELITO




 Por Hirám Gonzalez      


En la hermana república de Venezuela se está librando  una lucha heroica para impedir que  el modelo comunista cubano se implante en el país  de la única forma posible que no es otra que saliendo a la calle  para ejercer   el derecho democrático de protestar  y  que debe estar acompañada  con la desobediencia civil  o no cooperación , que es un arma silenciosa ,  pero muy efectiva, para  disminuir o  destruir   la capacidad del régimen de funcionar que se facilita grandemente . porque todavía existe en el país , aunque  acosados  constantemente, una sociedad civil,  una economía privada  y medios de comunicación independientes  que desparecerán totalmente en poco tiempo si  se continua copiando el modelo totalitario cubano , experto en miseria y en represión  

        Los cubanos nunca alcanzaremos  la libertad quejándonos de nuestros dolores y atropellos, ni pidiéndole al opresor que nos libere y mucho menos con la violencia del pasado o la complacencia e indiferencia de muchos en el exilio,  que el tiempo y las comodidades  que ofrece una libertad prestada, los han convertido en apátridas o indolentes  ante los dolores patrios.

        Es necesario que los cubanos comprendan  la importancia que tiene la aplicación de la lucha cívica sin violencia y la desobediencia civil  en la batalla que libramos por rescatar la libertad y los derechos que nos robaron hace más de medio siglo  , después que han fracasado todos los intentos, violentos ,  legales y conciliatorios   de lograrlo. 

        Las demostraciones que se tornan violentas y que el régimen alienta con su represión, atemorizan a la población e impiden que se unan a  ella,   por lo tanto hay que evitarlo a toda costa, principalmente separando a todos aquellos que sospechosamente, no siguen las instrucciones recibidas  e incitan a utilizar la violencia. Además de reportar al exterior los datos personales de cada hombre o mujer, civiles  o militares que se dedican a ofender, golpear  y perseguir a los que ejercen   el derecho a protestar. 

         Reconocemos  que la lucha cívica no violenta requiere mucho control y disciplina, por lo tanto a continuación  repetiremos algunos de los consejos de  Gene Sharp  y  de otros expertos en la materia, que  la Fundación Frank  País está dando a conocer dentro de cuba:

        En  las manifestaciones no se deben usar palabras ofensivas , ni discutir con la policía , ni  con los grupos paramilitares o de respuesta rápida , y que en vez de correr  cuando traten de romper la manifestación   deben sentarse    en el suelo con los brazos cruzados  en el pecho, y que cuando  los arresten griten  su  nombre  para que los demás lo sepan y puedan  realizar gestiones para que los liberen.

        Se recomienda llevar agua y no usar ropa muy suelta, preferiblemente  t shirts  (camisetas) y las mujeres con el pelo recogido y pantalones y todo  el tiempo repitiendo el slogan aprobado  que puede ser de índole social,  político o patriótico.

        Se debe   avisar a algún corresponsal extranjero de confianza para que reporte el evento, así como mantener algunos compañeros fuera de la manifestación con cámaras y grabadoras con el mismo objetivo.

        Es muy conveniente  que marchar  con las manos atadas,  una tira negra en el brazo  o cualquier símbolo que llame la atención.

         Las protestas públicas deben estar acompañadas por una  desobediencia civil espontánea , como no asistir  a las reuniones que cita el régimen , cometer errores en tareas productivas y administrativas , desaparecer documentos y records , apagar las luces  un día especifico , quedarse en la casa con cualquier excusa  para no  ir al trabajo , pararse en cualquier cola y protestar por la falta de alimentos ,  ir  a una parada  de guagua  y no tomar ninguna ,  tocar cazuelas  , tirar volantes , popularizar canciones protestas, hacer velorios ficticios  donde el difunto sea la libertad , utilizar los servicios religiosos en las iglesias como una oportunidad para denunciar los atropellos  del régimen . Es decir anular o entorpecer la habilidad  del régimen a gobernar.

        Para ayudar en ese empeño, las organizaciones del exilio  deben  hacer una campana campaña vigorosa  para que los exiliados no hagan viajes turísticos a Cuba y  reduzcan sus remesas a lo más imprescindible   

        Si tomamos ese camino con decisión y constancia el régimen se desplomara, pero si la oposición democrática continua confiando en la comunidad internacional y en la creencia de que el régimen aceptara voluntariamente abandonar el poder , o por reformas  constitucionales que nunca se plasmaran  , estamos perdiendo el tiempo y dando la impresión al mundo libre de que los cubanos aceptamos con resignación y silencio  vivir encadenados y  llegaran  a la conclusión de  que si el pueblo cubano no protesta ; porque  lo harán ellos por nosotros.



10 feb 2014

Entrevista al escritor y periodista Andrés Hernández Alende




Desde Miami, en el aire, la entrevista al escritor y periodista Andrés Hernández Alende, por el director Agustín Rangugni, director de Radio Miami, www.radiomiami.us y la periodista Elsa I. Pardo, el 31 de enero del 2014.  Este programa se transmite a todo el mundo.

El escritor cubanoamericano Andrés Hernández Alende es coordinador de la sección Perspectiva del Nuevo Herald. Es un reconocido autor de diversos libros que han merecido premios y reconocimientos.  Además, es uno de los mejores escritores de Miami.

Pardo – Leí su novela “El Ocaso” y me encantó.  Es un libro histórico, policíaco, de misterio, suspenso, una novela negra.  Me gustaría hacerle varias preguntas:

¿Cuál fue su motivación al escribir “El Ocaso”, que por cierto, fue una novela finalista en el Concurso Internacional de Novela Contacto Latino?

La novela quedó entre las 5 finalistas. No obtuvo el primer lugar, pero de todos modos decidieron publicarla.  La motivación de la novela viene desde hace mucho tiempo, de vivir en Miami, de ver como la ciudad ha evolucionado, los diferentes actores que se mueven en ella, el fenómeno de la corrupción, que como hemos visto últimamente en las noticias, se ha extendido bastante. El FBI hace poco arrestó a dos alcaldes, uno de ellos ya ha sido sentenciado y otro espera un juicio. Miami ha sido una ciudad plagada por mafias, por distintos tipos de corrupción y distintos móviles de delitos, y por eso quise escribir una novela que describiera la realidad de Miami.  

Rangugni - Andrés, ¿a que época se remonta “El Ocaso”?

A la época actual y también a los años 80 y 90.

Pardo – Sí, también se remonta a los años 70.  Leí su libro, me sentí atrapada en esa época de Miami que viví y me pareció estar allí, porque usted describe distintos escenarios con lujo de detalles, de la vida cotidiana de esa época, y me sentí como si yo fuera un personaje más. Fue una época en la que considero que el narcotráfico fue la mayor industria, la ostentación, las queridas, el boom de la construcción, la corrupción a nivel político y gubernamental, etc.  En fin, es una novela muy dinámica.

Rangugni - ¿Cree usted que la situación ha cambiado mucho?

No, lamentablemente no ha cambiado.

Pardo – La diferencia es que antes había mucho dinero y ahora no hay dinero con la crisis mundial.

Rangugni – Lo que dice, Elsa, ¿qué cambio representa? Porque que no haya dinero es una cosa y que haya mucho dinero es otra y parece que los escenarios son los mismos.

El escenario del dinero es relativo, algunos no tienen mucho, y muchas compras de condominios en la playa las hacen extranjeros.

Pardo – Correcto, anteriormente también invertían venezolanos, brasileños y de otras nacionalidades.

Rangugni - Precisamente, Andrés Hernández Alende acaba de escribir un artículo de la desigualdad escandalosa en el mundo que refleja que 85 personas, las más ricas del mundo, tienen tanto dinero como la mitad de la población mundial. 

Rangugni – Sé que la novela “El paraíso tiene un precio” ha tenido mucho éxito, ¿la trama es la misma?

No, se desarrolla en Miami y en Cuba, durante la crisis de los balseros en 1994.  Se refiere a una pareja joven que emigra a los Estados Unidos, deslumbrados por los cuentos del paraíso al otro lado del mar, y al llegar se dan cuenta de que Miami, en efecto, es un paraíso, pero tiene su precio porque no todo sale como ellos planeaban y muchas cosas no están al alcance de la mano como pensaban en Cuba. Por su ambición, caen en una red de narcotráfico, crímenes y sexo.

Pardo – ¿Cuántos meses de trabajo, dedicación e investigación necesitó para completar esta novela?

Tuve la idea original hace 8 o 9 años y escribirla completa, como un año.
En abril de este año 2014 se publicará un cuento que es una continuación de la novela El Ocaso, con el mismo protagonista Fernando Estrada, titulado “Una noche como otra cualquiera”. El cuento forma parte de la antología anual de cuentos de la revista Suburbano, y se presentará en Books & Books el 18 de abril.

Pardo - Recomiendo “El Ocaso” a todos los oyentes del mundo, si se quieren enterar de lo que realmente sucedía en Miami en esa época, no muy lejana.  Además de ser una novela muy entretenida, hay intriga y suspenso porque no se sabe bien, o no nos imaginamos lo que va a ocurrir y uno siente la necesidad de seguir leyendo y tiene un final inesperado.  ¡Hay que leerla, el final es sorpresivo!

Rangugni – Te agradecemos mucho estos minutos y aquí en las páginas de Radio Miami está publicado tu reciente artículo de los 85, acerca de la pobreza y la desigualdad en el mundo.

Pardo -  Gracias, señor Andrés Hernández Alende, por esta fantástica novela.  ¿Dónde se puede adquirir?

En Books & Books, Barnes & Noble y en Amazon, en versión impresa o en versión digital para Kindle.

Muchas gracias, Andrés Hernández Alende.

Mil gracias, Elsa y Agustín 

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