20 mar 2010

Las mujeres en Irak


Por: Elsa I. Pardo

Publicado en El Nuevo Herald 3/20/2010

Cuando oimos la palabra Irak enseguida pensamos en la guerra, armas nucleares, destrucción, terrorismo, torturas y dictaduras. Sin embargo, casi no se menciona que Irak fue la antigua Mesopotamia, donde hace 5,000 años nació la escritura, el calendario, el primer código, la primera religión, los primeros poemas épicos, como Gilgamesh o La Creación, algunas historias de Las mil y una noche y fue la cuna de varias civilizaciones. La poesía enriqueció a Irak, más que el petroleo, que más bien le ha traido consecuencias trágicas.

El 14 de Julio de 1958, cuando los iraquíes derrocaron la monarquía inglesa, la ley del Estatuto Personal otorgaba a las mujeres, casi los mismos derechos que las mujeres del mundo occidental, pero después de la invasión y ocupación de los Estados Unidos en el 2003, el artículo 2 de la Constitución dice que el Islam es la religión oficial del Estado y es la fuente básica de la legislación. Hoy, los derechos de la mujer lo interpretan los líderes religiosos basados en las tradiciones y las leyes tribales, atrasadas. Las mujeres ignoran sus derechos, debido al atraso y la ignorancia en la sociedad iraquí de hoy.

La Constitución no protege a las mujeres ni garantiza sus derechos básicos. Por ejemplo, las licencias de maternidad eran de 1 año, ahora se redujo a 6 meses.

El secuestro de mujeres no existía antes de la ocupación. Ahora, no tienen ni la libertad ni la seguridad para moverse y temor a que las bandas de delincuentes secuestren a mujeres y niños. Viven sin seguridad, desde que se levantan hasta que se acuestan. Las mujeres tienen la presión de contraer matrimonio a temprana edad con la esperanza de que un esposo les de seguridad.

Perdieron el derecho a estudiar y a una vida libre y normal, mientras luchan con la opresión y la privación de todos sus derechos femeninos. Además, como hay tantos hombres detenidos, presos o muertos, las mujeres están obligadas a mantener a sus hijos y llevan el peso de toda la familia.

1.2 millones de iraquíes viven exilados en países vecinos. Ahora tienen mejores salarios, pero la mayoría de las mujeres temen volver a sus hogares, aunque no las culpo, viviendo en ese estado de pánico que impera en el país. Ojalá que los Estados Unidos retiren sus tropas pronto y cumpla con su responsabilidad de ayudar al desarrollo de una democracia pluralista en Irak y que la situación mejore.

Elsa I. Pardo
Miami

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