3 abr 2010
El Rumor
Por: Elsa I. Pardo
Como debe el periodista enfrentar el rumor y como debe acercarse a la verdad del hecho acontecido.
Por lo general, los rumores tienen connotaciones difamatorias, están llenos de calumnias y juicios temerarios. El periodista debe rechazar todo tipo de rumor y acercarse a la verdad del hecho acontecido con pruebas, testigos oculares, testimonios y demás.
Si queremos hacer un periodismo serio, sin violar la Ética y la Moral, sin hacer daño a nuestra sociedad y ganar el respeto de nuestros lectores, entonces debemos rechazar los rumores. El rumor se va regando de boca en boca como si fuera una verdad, pero cada vez se distorsiona más y se verifica menos. Se rumora y la intención es perversa o tendenciosa. Por lo general, los rumores se fabrican y se riegan con malas intenciones, para perjudicar, destruir, desprestigiar a personas, lugares, instituciones, etc., y así llegamos a la desinformación.
Algunos medios de información se aprovechan de la falta de objetividad y veracidad para crear confusión y desorientación. También hay que tener cuidado con los expertos. A veces creemos que sus testimonios son incuestionables. Tampoco debemos dejarnos llevar por nuestras imaginaciones o la tendencia de convertir en realidad lo que quisiéramos que sucediera o que se convirtiera en realidad. El rumor siempre es una manipulación, a veces repetimos algo tanto, que se convierte en una realidad sin serlo.
Algunas veces los periodistas inventan cosas o rumores. Son fraudes informativos y engaños, dañino por aquello de que "calumnia y miente que algo queda". Es injusto, inhumano e inmoral, difamar o calumniar por sospechas maliciosas para dañar la moral de las personas.
La verdad es incompatible con el decir la verdad difamando, calumniando, robando a los demás su fama, prestigio y su honor. El informar y decir la verdad no justifica el atropello de la dignidad de la persona.
La UNESCO cita al respecto:”El respeto del derecho de las personas a la vida privada y a la dignidad humana en conformidad con las disposiciones del derecho internacional, que conciernen a la protección de los derechos y a la reputación del otro, así como las leyes sobre la difamación, la calumnia, la injuria y la insinuación maliciosa, hacen parte integrante de las normas profesionales del periodista. Se debe respetar el honor, la fama y la honra de las personas".
El salmo 147, 16 dice: "Si el mal ajeno es dudoso, puedes lícitamente tomar precauciones contra él, por si es cierto; pero no debes condenarle como si ya fuera cierto".
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