6 abr 2010

Lo del niño Elian


Por: Jose A. Vargas

Lo del niño Leían, apodado “el balserito”, fue uno de los papelazos mas grandes que se han hecho en el exilio. Un ridículo de marca mayor. Ni Bill Clinton ni Janet Reno tuvieron absolutamente nada que ver con la devolución de Elian a Cuba.

Lo devolvieron las leyes de este pais que ni el Presidente ni la Fiscal General pueden cambiar de un plumazo. Dichas leyes establecen que cuando uno de los padres de un menor fallece, salvo caso de drogadicción o abuso infantil que no aplicaba al caso Elian, la custodia del menor debe pasar al padre o madre que vive.

Pero aquí los cubanos obstinadamente pretendían que el Presidente y la Fiscal General se fueran por encima de la ley y entregaran la custodia del niño a unos parientes que lo conocieron cuando lo encontraron en el mar en vez de a su padre. Y en vez de agradecer al presidente Clinton el ofrecimiento de residencia al padre de Elian cuando vino a recoger a su hijo, todo fueron criticas por entregarle la custodia del hijo como establecen las leyes de este pais, que aplican de igual forma si el padre vive en Cuba o en Estambul cuando era Constantinopla.

Evidentemente tenían (o tienen) muy arraigado el sistema dictatorial de Cuba donde un dictador rompe o crea leyes en menos tiempo que le toma escupir. Y alrededor del niño naufrago comenzaron a tejerse unos cuentos de fantasía que ni Las mil y una noches. Para empezar, las condiciones físicas en que estaba el niño desmentían que hubiese estado dos días a la intemperie en medio del mar en una cámara de automóvil. Los delfines son tímidos y puedo dar fe de ello habiendo visto cientos bajo el agua.

Definitivamente, no protegen a nadie de tiburones como decían hicieron con Elian. Y cuando le preguntaron al “pescador” que lo “encontró”, un tal Dalrymple, que si había visto delfines alrededor de la goma (esto lo oí por supuesto en ingles, pues en español era otra la versión) respondió socarronamente, “yes, but the ones you eat”, refiriéndose a los también llamados dolphins o dorados que nadan muchas veces en manchas alrededor de algo que flote en el mar. Y que definitivamente desaparecen cuando aparece un tiburón. La fiscal General Janet Reno pudo muy bien haber encausado a los parientes de Elian por secuestro cuando se negaron a entregar el niño al padre que lo reclamaba habiendo sido esto ordenado por la ley.

Pero no lo hizo dándoles todas las facilidades. Y tanto ella como Bill Clinton, respetaron las leyes de este pais cuando entregaron el niño a su progenitor. Punto. Y llegan algunos hasta decir que Fidel Castro había dicho que no lo usaría como instrumento para su política. Señores, lo de Elian fue hace solo 10 años y si en aquel tiempo alguien todavía creía en lo que decía el dictador, díganme el nombre para hacerle el cuento del día que vi un buey volando.

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