23 may 2010

Casa de Beneficencia y Maternidad

































Por: Maria Teresa Villaverde Trujillo
Casa de Beneficencia y Maternidad, fundada en Mayo 16, 1705
La Habana, Cuba
Hubo antes una Casa Cuna, una Casa de Maternidad y una Casa de Beneficencia,
fundadas entre final del siglo XVII y el XVIII por el Obispado de la Iglesia Católica Cubana.

El Obispo D. Jerónimo Valdés y Sierra está reconocido por la historia cubana como el fundador de la Casa de Beneficencia, aunque fuera ideado anteriormente por D. Diego Evelino Compostela, Obispo de Cuba quien en 1688 había fundado el primer colegio de niñas, en el área de la Habana Vieja, en la edificación conocida como el colegio de San Francisco de Sales.

En 1830, Antonia María Menocal, una gran señora habanera dejó a su muerte un cuantioso legado para obras de caridad. Su albacea decidió destinarlo a la creación de una Casa de Maternidad la que contaría con dos departamentos: uno para refugio de aquellas parturientas que deseaban cubrir su honor ofendido por alguna fragilidad, y el otro para la conservación y educación de los niños hasta la edad de seis años.

La administración colonial secundó esta iniciativa y cedió a la naciente institución el antiguo hospicio de San Isidro, no sin la oposición de los frailes que lo ocupaban. En 1831, la Casa de Maternidad tenía edificio propio, en el Paseo del Prado y en 1852 la Casa de Beneficencia y la de Maternidad se fundieron en una sola institución. Durante mucho tiempo esta institución fue administrada por la Sociedad Económica de Amigos del País y una Junta de Patronos. Se mantenía por la ayuda que le daba un grupo de filántropos y por las cuestaciones públicas.

No siempre la institución laboró libremente de acuerdo a sus estatutos. Pedro A. Herrera López en su libro “Historia del Convento de Santa Clara de La Habana Vieja” nos dice que durante el gobierno de Valeriano Weyler con el pretexto de instalar un hospital militar en el edificio de la Real Casa de Beneficencia, mandó a desalojarlo, historia narrada por el Dr. Ramón María Alfonso así:


“...El 31 de agosto de 1896, el Gobernador General de la Isla, dictó una resolución destinando a Hospital Militar el edificio-asilo, disponiendo que se desocupara “inmediatamente’, a cuyo efecto se trasladarían los niños al Seminario de San Carlos; las niñas, párvulos y criaturas en lactancia al Convento de Santa Clara y los mendigos al Asilo La Misericordia, en el Cerro... y en diecisiete días quedó entregado el edificio. Satisfecho el Gobernador prometió devolverlo ‘tan pronto cesaren las circunstancias que obligaron a tomarlo’, facilitando mil pesos, con cargo al crédito de guerra, para cubrir los gastos de la mudanza hecha, pues el Asilo no tenía un centavo en sus arcas. Al ocuparse el local del Convento de Santa Clara destinado a los niños de pecho y de la primera infancia, se comprobó que era inhabitable, pues carecía de ventilación, agua y cloacas (en el convento sólo había un pozo negro), hecho ya denunciado por el arquitecto señor Sáenz Yánez; mas nada se hizo entonces por vía de remedio; y aquel lugar, falta de luz, aire, agua y desagües, con tres pestilentes pantanos en el patio y el desaseo propio de todo caserón antiguo, se convirtió en un horrible matadero de los expósitos, por las enfermedades que se desarrollaron dentro de aquel antro de infección, al punto que, de septiembre de 1896 a diciembre de 1897 murieron sesenta y nueve de dichas tiernas criaturas y dieciocho se encontraban en gravísimo estado, siendo inútiles cuantos esfuerzos se hicieran a fin de salvarlos, pues el primer peligro era la falta de cloacas para dar salida a las aguas sucias del Convento. Transido de dolor, el señor Cornelio Coppinger presentó un escrito a la Junta en enero del 98, exponiendo lo insoportable de esta situación y pidiéndola reclamase al Gobierno la devolución de la Casa-Asilo a fin de remediarla. Hízolo así la Junta a principio de marzo (en ese tiempo murieron dieciséis asilados más) y aunque no fue devuelto el edificio como se reclamaba, acometiéronse algunas reparaciones sanitarias en el local de Santa Clara, y meses más tarde, el 18 de agosto de ese año, el edificio vino a ser entregado a la Junta por el Gobernador Civil doctor Rafael Fernández de Castro, comenzando a recibir sus asilados por dicha fecha concluyendo esta operación por enero de 1899...”

En Cuba, el apellido Valdés conlleva un significado especial en honor al fundador de esta entidad. Se le daba ese apellido solo a los varones, pero el Obispo Valdés puso como estricta condición que el apellido fuera sin el acento. Hay varias versiones del por qué de esa petición pero la razón por la que el Obispo Valdés pidiera no se le pusiera acento a su apellido fue, porque así su familia seria la única con el apellido acentuado. Por los años 1950 se abandonó la costumbre de usar el apellido Valdes. El apellido entonces se escogía al azar. Las niñas solo recibían el apellido Rodríguez por otro benefactor y fundador.

En la fachada lateral del edificio que daba a la Calzada de Belascoaín, estaba el torno, o puerta rotatoria. Se colocaba al infante, el depósito giraba al toque de una campanilla y el niño abandonado era recibido por una monja de las Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paul, congregación que atendía aquella institución. Los niños recibían allí educación y se les adiestraba para un oficio. A los más dotados intelectualmente, se les ayudaba hasta recibir estudios superiores. Sabemos de dos casos notables:

Juan Bautista Valdés, médico y llegó a ser director de la Casa de Beneficencia y Maternidad.

El poeta Gabriel de la Concepción Valdes, ( Plácido ), fue también un expósito.

Antigua foto de la Real Casa de Beneficencia de La Habana
En la la década del 50, el gobierno cubano compró el edificio y las monjas y los niños de la Casa de Beneficencia fueron trasladados a distintas áreas. En el terrenos se construiría la sede del Banco Nacional de Cuba cuyo proyecto murió a la llegada del gobierno revolucionario socialista, quienes
utilizando el edificio casi terminado lo convirtieron en un lujoso hospital al servicio de los turistas.


Mayo 21,2013

Estimada Elsa:

El 23 de Mayo de 2010 escribió en interesante artículo sobre la “Casa
de Beneficencia y Maternidad” de La Habana, haciendo referencia a que
el “Obispo D. Jerónimo Valdés y Sierra está reconocido por la historia
cubana como el fundador de la Casa de Beneficencia”, debe conocer
además que fue este Obispo quien en noble gesto regaló su apellido a
los niños “expósitos”, con la peculiaridad de que el “Valdés” no
llevaría acento en la (e) para diferenciar aquellos niños expuesto en
la Casa de Beneficencia de los que legítimamente si provenían de las
familias Valdés.

Este particular ha sido para mi desde hace años una curiosidad, en
tanto desconozco el fundamento legal que permitió al Obispo Jerónimo
poder realizar esa obra de caridad con trascendencia filiatoria, y
otras de identificación y registro oficial en los libros bautismales,
en fin, ¿Conoce UD cuales fueron esos fundamentos jurídicos, de
Gobierno o poder que permitieron registrar el apellido Valdés SIN
ACENTO?.

Disculpe las molestias y muchas gracias por su tiempo

Un cordial saludo.

Walfrido S. Quiñones Bencomo
La Habana.

walfridoquinones@gmail.com



Estimado senor Quinones Bencomo:

 Definitivamente, opino que Cuba es rica en historia y pondre su comentario en mi blog, donde escribi el articulo.

 No, no conozco el fundamento legal que permitio escribir el nombre Valdes
 sin acento, pero seria interesante saberlo si alguien lo conoce.  Desde
 Miami, un fuerte apreton de mano!

  Elsa I. Pardo



Estimada Elsa:

Muchas gracias por su pronta respuesta e interés sobre el asunto,
realmente es una curiosidad histórica, llevo tiempo preguntando
incluso a no pocos itelectuales e historiadores de renombre y nadie ha
podido responder. Gracias por poner el comentario en su blog, de hecho
lo tengo en mi escritorio como favorito, cualquier día de estos
comento uno de sus buenas publicaciones.

Un cordial saludo para UD desde La Habana.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Que impresionante! Una tremenda obra de caridad! Que foto! Parece mentira que por esa ventana, dejaran a los ninos recibidos por una monja y los criaban, aunque quizas jamas conocieran a sus padres ni sus padres a ellos. Impresionante, senor Valdes, tiene ganado el cielo y la tierra!!

Elsa I. Pardo

Martha Pardiño dijo...

La Casa de Beneficencia cuidaba de estos niñitos que dejaban en el torno y no solo les daban un hogar sino que los educaban y podían escoger una carrera o un oficio.

Era una gran obra de beneificencia y amor y las monjitas se dedicaban en cuerpo y alma a estos pobres huérfanos que de no ser enviados ahí estarían tirados por las calles o tal vez muertos por sus propios padres.

Martha Pardiño

Anónimo dijo...

Mi papi entro a este sitio con solo 6 meses, en una ocasión le mostre una foto d dicha instalación q encontre en una revista y el sin consuelo se hecho a llorar, pues siempre decia q las monjitas eran muy buenas, esepto un trqbajador q le golpeo la cabeza con 4 años pq se orino dejandole una sicatriz, hoy mi papi no esta

Unknown dijo...

Mi papi entro a este sitio con solo 6 meses, en una ocasión le mostre una foto d dicha instalación q encontre en una revista y el sin consuelo se hecho a llorar, pues siempre decia q las monjitas eran muy buenas, esepto un trqbajador q le golpeo la cabeza con 4 años pq se orino dejandole una sicatriz, hoy mi papi no esta

Hildara Alonso dijo...

Yo me crie en la Casa de cuna pues mis padre irresponsablemente tuvieron 3 niños donde ellos no tenian para mantener a 3 hijos. desde que tengo uso razonamiento mi mundo fue ese pedacito de lugar donde hoy por hoy lo recuerdo con mucho amor, no es Meno cierto que las monja nos cuidaba mucho mientras que los grandes nos maltrataba si en el día hacíamos algo mal por las noches nos golpeaba. pero ay que tener encuenta que en todos los lugares existe los abuso de una manera u otras. pero yo añoro mi vida en la Casa de Beneficencia y Maternidad. Si Fidel no hubiera ordenado desalojar a los niños de la beneficencia nosotros estuviéramos viviendo muy feliz en ese lugar al meno yo SI. A quien fundo la CASA de CUNA que dios lo tenga en su santa gloria por siempre , porque eso ayudo a muchos niños no sufrir y tener un lugar estable y creecer sano y saludable. Lastima que no existe mas esta escuela. yo llevare siempre en mi corazón.

Hildara Alonso dijo...

Yo me llamo Hildara Fernandez, hija de Justo Fernandez y de una mujer del paradero descosido que es mi madre. mi padre no tenían condiciones y pues eso motivo tuvo que internar a mis dos hermanos Justo, Carlos Miguel y yo a la CASA de CUNA o la CASA de BENEFICENCIA y MATERNIDAD. pero ay me críe que el calor de mis padres. pero por falta de calor las monjita nos dieron mucho cariño, nos cuidaban con mucho amor. yo me recuerdo que ella también era las maestra de la clase donde nos enseñaba a leer y a escribir. hacíamos teatro entre nosotros mismo. actividades muy educativa y creativa para todos los niños que estábamos ay. hoy tengo 63 años de edad y los recuerdo a todos como si fuera hoy muy claro y con mucho amor. gracias a la educación de las monjita de inculcaron la FE Católica hoy por hoy soy una mujer de bien. graduada de asistente de enferma, asistente de doctor, Y licencia vocacional de enfermera , tengo me Diploma de Preuniversitario y hablo 3 idioma, hablo ESPAÑOL, INGLES Y SWAILI. Creo que la educación empieza por la Cuna y es ay donde yo me forge. Gracias a todos lo que de una forma u otra estuvieron cuidándome cuando yo era una bebida hasta que cumplir mis 8 años bendición a todos y los que no se encuentran con nosotros que DIOS LO TENGA EN SU SANTA GLORIA.

Unknown dijo...

He leido por casualidad el articulo, y por aquellas casualidades de la vida mi tatarabuelo Justo Fernandez San Juan estuvo destinado en el hospital de beneficència como oficial de Administracion Militar del 1896 al 1898. Tambien estuvo destinado en el Hospital de Regla. Un Abrazo desde Catalunya

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