28 oct 2010

LA LENIN, PAGINAS DE UN RECUERDO.

Por Lic. Amelia M. Doval

Según los cálculos matemáticos simples y lógicos el 2010 fue el año correspondiente a la XXXVI graduación de los alumnos egresados de la Escuela Vocacional VI Lenin, en La Habana, Cuba. Un centro creado en 1974 con el objetivo de preparar, con un alto índice académico a un grupo de elegidos estudiantes. Profesores y alumnos llevaban un régimen de rigurosa disciplina física, cultural y profesional.

En sus inicios siempre compitió en categoría con escuelas militares, la única diferencia es que en este centro se preparaban civiles de alta disciplina vocacional y muy poca en lo político. Los hijos del gobierno paseaban sus pasillos haciendo marcada diferencia entre su nivel de vida y la del resto de los estudiantes.

El objetivo fue crear una escuela privilegiada bajo los patrones de las mejores instituciones privadas del mundo. Los estándares educativos serían mucho más alto que en el resto del país. Ocultando la exclusividad disponían de espacio para los 2 ó 3 mejores expedientes educativos por escuelas primarias, en la ciudad.

Una vez dentro pretendían comprar el silencio con un régimen estricto en comparación a los servicios ofrecidos. Canchas de tennis, piscinas, cines, teatros, peluquería, gimnasios, todo lo que pudiera mantener a miles de adolescentes entretenidos. Laboratorios, clases de comportamiento social y de música, combinaban con obligadas horas de trabajo en fábricas construidas dentro de la escuela. Durante la semana se negaba, bajo infranqueble control, el acceso de los padres a sus hijos.

Formar parte de la escuela era un mérito a los estudios, salir de ella un acto casi imposible. Sólo un documento firmado por un médico psicólogo podía ser una justificación no bien vista. Previendo cualquier deserción se contaba con un hospital y transporte para casos extremos.

Para algunos que lean esta historia inmediatamente van a recurrir a la asociación de ideas que los llevará a categorizar estas generaciones como niños criados para defender un ideal a ultranzas.

Se equivocan, como también el gobierno cubano se equivocó. La mayor cantera de seres pensantes ha salido de estas aulas. Un campo de tiro, un edificio de apartamentos destinados a los profesores y seis unidades( escuelas interindependientes, tres de secundaria y tres de preuniversitario) que albergaban en sus inicios niños desde 11 ó 12 años hasta los 16 ó 17, listos para comerzar los estudios universatarios crearon hombres y mujeres autónomos en la manera de pensar.

El conocimiento agranda las opciones visuales y quizás el observar desde temprana edad las diferencias sociales existentes que se ocultaban a la población, escondidas detrás de un discurso oficialista de sacrificios innecesarios, predispuso la manera de actuar.

Si desde 1974 la rebeldía se hacía eco entre sus alumnos hoy a más de 30 años de su inauguración quienes aún estudian en sus aulas continúan siendo fieles a esta tradición. Recién comenzaban las clases de este curso escolar y las carencias de agua en el centro provocaron una huelga del alumnado.

" La Lenin ", como siempre se ha conocido, funciona bajo inflexibles normas de silencio, es un pacto a la confidencialidad que se ha mantenido por años. Hoy, con la internet, podemos comunicarnos y contar nuestras experiencias personales. Desde los más remotos lugares llegan noticias de ex-estudiantes quienes dejaron toda su adolescencia bajo las marchas con fusiles de AK, de calamina(con un peso increible), las máscaras antigases, los experimentos de física o química, los éxamenes internos que hacían llorar, los carnet de conducta que podían provocar un fin de semana sin ir a la casa, para incorporarse a las sociedades más desarrolladas del mundo.

En el recuerdo quedan momentos inolvidables, amigos de toda la vida, sentimientos de hermandad. Disciplina, la indiscutible manera de tender una cama, de brillar un piso. La conducta ante el trabajo, el respeto a los amigos. El placer de disfrutar un fin de semana, la tristeza del domingo. En el recuerdo nos queda cada noche de estudio, la costumbre de leer noticias pero, sobre todo el deseo de crear un pais diferente, libre y sin mentiras.

Miami, Fl

Ex-alumna, graduación XI

1 comentario:

Martha Pardiño dijo...

Muy bueno el artículo de Amelia Doval sobre sus recuerdos de la Escuela Vocacional VI Lenin, de La Habana.

La felicito porque me ha aclarado muchas cosas que no conocía sobre ese centro de estudios.

Martha Pardiño

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