Alcalde del condado Miami-Dade

Por Carlos Alvarez,
Alcalde de Miami-Dade

Una de las funciones más importantes del gobierno es la de realizar inversiones en infraestructura. Norman Braman, en su columna del 27 de febrero, está totalmente equivocado. Aunque no estuviese de acuerdo con todos y cada uno de los proyectos, su acusación de ``enormes sumas en exceso del costo previsto y puro derroche'' no sólo es incorrecta sino contraria al espíritu que debe regir la construcción de una comunidad mejor para nosotros y nuestros hijos. Esa es la razón, la única razón, por la que me postulé para el cargo que ocupo.

Entre sus alegatos está la aseveración de que los pasajeros y las aerolíneas abandonarán el Aeropuerto Internacional de Miami a favor de aeropuertos alternos más al norte. En realidad, debido a las mejoras realizadas al aeropuerto, American Airlines, nuestra aerolínea de mayor envergadura, añadió 30 nuevos vuelos diarios en el 2010, y planea el incremento del servicio a otros ocho destinos en el año actual. Delta Air Lines comenzará un nuevo servicio este mes a Jacksonville, Londres, Orlando y Tampa, y tiene previsto convertir su servicio actual de Fort Lauderdale a Los Angeles en una nueva ruta Miami-Los Angeles en junio. Nuestro aeropuerto tiene el mejor rendimiento de su historia, con una cifra récord de 35.7 millones de pasajeros en el 2010.

Braman está equivocado sobre las mejoras que se llevan a cabo en el Puerto de Miami, las cuales se cumplen según las fechas y el presupuesto previstos. Nuestro puerto marítimo es fuente de más de 176,000 empleos en el Sur de la Florida, pero para mantenernos competitivos en la economía mundial de hoy día es vital que se realicen mejoras como la construcción del túnel.

La importante expansión del Metrorail que se inaugurará el año que viene, enlazando directamente el downtown con el aeropuerto, se ejecuta sin demoras y dentro del presupuesto. Al igual que el túnel portuario, este proyecto fue aprobado por los electores. Aunque existen problemas de control financiero en el Departamento de Transporte Público de Miami-Dade, éstos no guardan relación con el proyecto de expansión. Tomamos muy en serio estas dificultades y trabajamos con el gobierno federal para resolver estos problemas y mejorar nuestros sistemas.

Finalmente, los residentes locales no están pagando por el nuevo estadio de pelota, cuyo financiamiento proviene de los impuestos sobre el turismo. Estos ingresos se están utilizando exactamente de la manera en la que fueron concebidos: para financiar proyectos como instalaciones deportivas. El proyecto se cumple en la fecha prevista y por debajo del presupuesto asignado, y excede todas las metas destinadas a incluir a trabajadores y empresas locales.

Carlos Alvarez

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