Por Fernando J. Milanés, MD
Tengo una aversión instintiva a los actos terroristas. A su vez, no dejo de admirar las acciones de Posada Carriles, su vida sacrificada en aras de la lucha contra los Castro, y sentí gran alegría con la noticia de su absolución en Texas.
¿Cómo conciliar estos sentimientos que parecen disímiles? La respuesta se encuentra en que un mismo acto se considera patriótico o terrorista dependiendo de la orientación política de la persona. Máximo Gómez, héroe de las guerras de independencia de Cuba, utilizó con gran efectividad la quema de cañaverales como táctica militar, aunque perjudicara a muchos inocentes.
En los primeros años del castrato, este tipo de acción, cuando ejecutada en su contra, fue catalogada como actos terroristas de batistianos. Como si fuera una burla del destino, uno de los primeros en sufrir un ataque clasificado como acto terrorista fue el central Punta Alegre, recién bautizado por los Castro con el nombre de Máximo Gómez.
En la historia de EEUU hay innumerables ejemplos de acciones “terroristas” que pasaron a la historia como heroicas: la quema de Atlanta por el general de la Unión William Sherman, los bombardeos a poblaciones durante la Segunda Guerra Mundial, entre otras.
Hay hipócritas que acusan de terrorista a Posada Carriles, al que consideran ejecutor de colocación de petardos en Cuba, pero que en su momento, cuando la lucha contra Batista, aplaudieron similares actos en cines y asesinatos a sangre fría.
Admiro a las personas que siempre han buscado soluciones pacíficas y siempre han criticado actos donde inocentes sufran. Pero cabría preguntar cómo, si no es mediante la lucha armada, se puede combatir a regímenes tiránicos que masacran a sus poblaciones. Las guerras se ejecutan con el solo objetivo de ganar, las muertes de civiles son inevitables, y las tácticas todas aceptables. El objetivo tendrá que ser el evitar un mal mayor. Si el fin es loable, aunque desagradable, los actos terroristas se aceptan, y este apoyo es puramente subjetivo y depende de intereses individuales. Por eso apoyo a Posada Carriles y aplaudo su libertad.
Miami
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