El papel del jurado

El 17 de julio salió libre Casey Anthony, y este entuerto judicial merece una reflexión desde un ángulo especial: el jurado.

Luego de titubeos en la calificación del hecho, el jurado ha ofrecido a la prensa distintas razones para fundar su decisión exculpatoria, aduciendo que no había pruebas para declararla culpable. Llegó un momento en que el jurado valoró la posibilidad de declarar a Anthony culpable de homicidio agravado, que era el siguiente cargo que pudo aplicarle, que conlleva una sentencia de hasta 15 años de prisión, para los casos de negligencia culpable.

Existe un principio en Derecho según el cual “el que es causa de la causa es causa del mal causado”. Si la madre dejó abandonada a su hija, porque nadie más que ella puede responder por el bienestar de la menor, por imperativo de la Patria Potestad que ejerce sobre ella, y al cabo de un mes es cuando da la noticia de su desaparición, evidentemente se dan las condiciones de la causa que causó su fallecimiento. Y esto en derecho criminal se denomina homicidio culposo.

El jurado es el instrumento mediante el cual se hace escuchar la conciencia general. Empero, no lo salva de una crítica cada vez más adversa. “La evolución del Derecho, que cada día se hace más especializado y técnico, y las complejidades de la prueba en el derecho criminal, eminentemente científica, van haciendo inepto al jurado para esta función. Confiar a un juez aficionado (como el jurado) el cuidado de administrar justicia en el curso de una verdadera representación teatral es una práctica discutible”, explica el tratadista norteamericano Curtis Bok.

En este país su uso importante es en los casos de asesinatos que arrastran la pena capital. Y agrega el citado autor: “Entretenimiento e ilusión”, llama a la misión del jurado, “al disfrutar asientos privilegiados para asistir a los debates de los crímenes sensacionales, o al elegir entre dos informes verbales de la acusación y la defensa, cada uno opuesto diametralmente al otro”.

Y dice: “Si se requiriese de los jurados una argumentación razonada de sus veredictos, el sistema del jurado se vendría abajo en una semana”.

A diferencia del sistema anglosajón, el sistema de derecho romano es escrito y quienes lo interpretan y aplican son profesionales del Derecho.

El caso de Casey Anthony continuará en el debate y sugiere una valoración del sistema actual de jurados, que ya resulta obsoleto y se debe sustituir por un panel de jueces técnicos en derecho más capaces para juzgar, interpretar y aplicar la ley.

Orestes Rodríguez

Miami




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