20 mar 2012

La Comunión en la Mano. “Debería rechazarse la Comunión en la mano”
Escrito por María Teresa Villaverde Trujillo Martes, 20 de Marzo de 2012 10:55 “A dónde vaya yo en el mundo, lo que más me entristece es ver a las personas recibir la Comunión en la mano,” respondió la Madre Teresa de Calcuta cuando el Padre Rutler le preguntó que creía ella que era el más grave problema en el mundo de hoy en día. En otra ocasión ella declaró que era la costumbre de todas sus religiosas el recibir siempre la Comunión en la lengua. Artículo publicado en noviembre 8, 1973. Autor: Dietrich von Hildebrand, activista anti-nazi y uno de los filósofos cristianos más eminentes del mundo llamado por el Papa Pío XII “El Doctor de la Iglesia del Siglo XX. ” De su artículo son los dos siguientes párrafos: “No puede haber duda que la Comunión en la mano es una expresión de la tendencia hacia la desacralización en la Iglesia en general, así como de la irreverencia en aproximarse a la Eucaristía específicamente. El misterio inefable de la presencia corporal de Cristo en la hostia consagrada pide una actitud profundamente reverente. (Tomar el Cuerpo de Cristo en nuestras manos no consagradas – como si fuese un simple pedazo de pan, es algo que en sí es profundamente irreverente y perjudicial para nuestra fe). Tratar este misterio insondable es como si estuviésemos tratando simplemente y nada más que con otro pedazo de pan, algo que hacemos naturalmente todos los días con un simple pan, y hace que sea más difícil el acto de fe en la verdadera presencia corporal de Cristo. Dicho comportamiento hacia la hostia consagrada corroe lentamente nuestra fe en la presencia corporal y alimenta la idea que es únicamente un símbolo de Cristo. Decir que el tomar el pan en nuestras manos aumenta el sentido de la realidad del pan es un argumento absurdo. La realidad del pan no es lo que importa – también es visible para cualquier ateo. Pero el hecho que la hostia es en realidad el Cuerpo de Cristo –el hecho que se ha llevado a cabo la transubstanciación– es el tema que—debe enfatizarse”. “…No son realmente válidos los argumentos sobre la Comunión en la mano basados en que esta práctica se ha encontrado entre los primeros cristianos. Pasan por alto los peligros y lo inadecuado de volver a introducir la práctica hoy en día. El Papa Pío XII habló en términos muy claros e inequívocos en contra de la idea que uno puede volver a introducir hoy en día las costumbres de la época de las catacumbas...”. Así encontramos que el Canon 845, § 1, -al Código de la Ley Canónica de 1917- declara que el ministro ordinario de la Santa Comunión es únicamente el Sacerdote. El Canon 845, § 2, declara que el ministro extraordinario es únicamente el diácono. Es aceptable que un feligrés reciba la Comunión de pie, pero debe recibirla en la lengua, a la vista de Dios, porque según nos dice San Bernardo: “La Eucaristía es el beso de la boca de Dios, un río de alegría, un río de vida pura…” …y Nuestra Señora de las Rosas, dijo: “…Mi Hijo no está complacido con la manera en que Su Cuerpo y Sangre están siendo dados a todos los humanos sobre la tierra. La Comunión en la mano no ha sido, ni será aceptado por el Cielo. Esto es un sacrilegio ante los ojos del Padre Eterno y no debe ser continuado porque vosotros únicamente estáis añadiendo a vuestro castigo cuando continuáis con las maneras que han sido halladas ser desagradables al Padre Eterno.” San Basilio explica que “El derecho de recibir la Santa Comunión en la mano es permitida solamente en tiempo de persecución o como era el caso de los monjes en el desierto, cuando no hubiera un diácono o un sacerdote que pudiera distribuirla. Lo que implica que recibiría en la mano en otras circunstancias, fuera de persecución será una grave falta…” Eucaristía -del griego eucharistía-. Cena del Señor o Santa Cena. En el marco del Concilio de Rouen, año 650, hallamos: “No se coloque la Eucaristía en las manos de ningún laico o laica, sino únicamente en su boca“. Sin embargo y solo en caso de verdadera emergencia como sucedió con San Tarciso y la Comunión se le permite a un laico tocar la Hostia o dar la Comunión a los demás, y en ese caso no implica una falta de respeto al Santo Cuerpo de Cristo sino un privilegio que está justificado por la emergencia, ...y es así por lo que Su Santidad concedió la posibilidad del “indulto” para las situaciones irregulares, que obviamente no significaba cambiar para siempre la comunión en la boca por recibirla en la mano. En muchas parroquias se ha hecho común de acuerdo al obispado otorgar la comunión en la mano pero el feligrés que así recibe la Eucaristía, debe llevarla a la boca estando aun frente al sacerdote, permaneciendo siempre de cara al altar. La Recepción de la Sagrada Comunión en la Misa La persona que distribuye la Eucaristía dice a cada persona que se aproxima y de manera que se oiga: “El Cuerpo de Cristo”. Esta frase es una proclamación que invita a una respuesta de fe y el comulgante debe responder: “Amén”, indicando su plena creencia de que este especial pedacito de pan es en realidad el Cuerpo de Cristo, el Señor. La Iglesia entiende el proceso litúrgico, signo de la Iglesia peregrina. Pero a lo largo de nuestra vida, YO –por ejemplo- que creo fervientemente en la existencia de Cristo me muevo pensando en el momento en que seré llevada ante El y poder presentarme con el gozo de no haber profanado Su Cuerpo y Su Sangre porque jamás he tocado con mis manos la Sagrada Eucaristía..

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