Thursday, April 12, 2012 1:17 AM
o de recibir la triste noticia del fallecimiento de Monseñor Agustín Román y me vienen a la mente aquellos días después de Playa Girón, cuando era incierto el destino de los brigadistas cubanos encarcelados por Castro. Acudimos a la Ermita para orar y hablar con el Padre Román buscando unas palabas de aliento. El Padre tenía una fe inquebrantable en que nuestros héroes regresarían y nos pidió, a los matrimonios que estábamos allí reunidos, que visitáramos, una vez a la semana, las casas de los familiares de los brigadistas, llevando una urna de cristal con la imagen de la Virgen de La Caridad del Cobre, para rezar el rosario por el regreso de sus seres queridos. Así lo hicimos hasta que nuestros hermanos regresaron milagrosamente.
Cuando llegaron los brigadistas a Miami, el Monseñor Román dio una misa de acción de gracias en la Ermita de la Caridad, que nunca olvidaré. La Ermita de la Caridad, fue construida con el esfuerzo, el valor y la fe de nuestro inolvidable Monseñor Agustín Román, es un pedacito de Cuba en Miami al que vamos los cubanos a orar y a llorar y a pedirle a la Virgen de la Caridad que salve a Cuba y a nuestros hermanos que padecen la tiranía despiadada de los Castro..
¡Cuánto lo vamos a extrañar los cubanos del exilio! ¡Cómo vamos a acordarnos de su apoyo a la causa de la libertad de Cuba! ¡De sus homilías donde nunca se olvidaba de su patria esclava del castrismo! ¡Cuánto vamos a extrañar su humildad, su tesón, su sonrisa sincera e inocente como de niño, y su fe inquebrantable en Dios y en la Santísima Virgen!
En paz descanse nuestro querido Monseñor Agustín Román que ya se encuentra a la vera del Padre y que desde allí va a interceder por la libertad de su patria.
Martha Pardiño
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