Los vaivenes del precio de la gasolina
Personas de vacaciones abastecen sus autos de gasolina en Valencia, California, en el fin de semana del Día de Recordación.
Extraer un barril de petróleo hoy cuesta casi lo mismo que unos años atrás y esa no es la causa del constante aumento del precio de la gasolina. La gasolina sube y baja de precio constantemente por las maniobras manipuladoras de los intermediarios en Wall Street, de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y la industria petrolera en general, por el “dejar hacer” del Congreso y el Senado de EEUU y otros gobiernos importantes.
El problema lo sentimos en la estación de gasolina, cuando vemos que a pesar de que el barril de petróleo desde principios del mes de mayo a la fecha ha bajado unos $25, la gasolina solo ha bajado de precio unos centavos. Si el precio del barril de petróleo hubiera subido $25, el galón de gasolina hubiera aumentado considerablemente.
Se supone que el precio del galón de gasolina esté en correspondencia con el precio por el cual el detallista compra el producto, pero no funciona así: todos se aprovechan de este sube y baja y nosotros, los consumidores, pagamos por todo, por el sube y por el baja, por las especulaciones, por las artificiales justificaciones de la industria petrolera y sus socios y por la complicidad de las autoridades competentes.
No culpemos a la gasolinera por los altos precios. Ellos no son santos, sino los que menos responsabilidad tienen en todo esto, y los que menos se benefician de este sube y baja. El precio del barril de petróleo ha bajado de precio en las últimas semanas porque el euro se ha debilitado, pero el sube y baja se puede convertir pronto en un sube que no baja, porque hay muchos interés trabajando para que así sea.
En todas estas escaladas de precio de los combustibles el consumidor siempre pierde. Sube el barril de petróleo, el precio del galón de gasolina y suben también todos los productos que consumimos. Pero cuando baja el barril de petróleo, nunca baja el precio del galón de gasolina ni el de los productos que consumimos. De nuevo, ¿dónde están las autoridades competentes encargadas de vigilar esta situación?
José M. Izquierdo
Hialeah
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