Honor a Quien Honor merece. 
Gracias Cubanas a Oswaldo Paya y a su fiel esposa 
Ofelia Acevedo por esta fértil semilla cubana
que es su hija ROSA MARIA PAYA.
 
“No tengo ningún indicio para pensar que esto haya sido un accidente”

Entrevista a Rosa María Payá, Hija de Oswaldo Payá en AJIVERDE de Chile

Con solo 23 años, Rosa María Payá se ha transformado en una figura emblemática de la disidencia cubana tras la muerte de su padre Oswaldo Payá, el dirigente opositor y candidato al Premio Nobel de la Paz. En un accidente lleno de dudas, el creador del Proyecto Varela encontró la muerte, pero sus ideas y esperanza de libertad en Cuba están más vivas que nunca en la voz de su familia. En esta entrevista, su hija nos cuenta sobre la figura de su padre, la persecución de la que era víctima, y llama a los jóvenes latinoamericanos a buscar la verdad respecto a esa Cuba que algunos tanto admiran.
Juan José Lyon N.
Hace exactamente un mes, el opositor cubano Oswaldo Payá, líder del Movimiento Cristiano Liberación, murió al volcarse el auto en que viajaba junto a otras tres personas. A pesar de que las autoridades cubanas han declarado que se trató de un accidente, testigos del suceso dicen haber visto que otro vehículo estuvo golpeando el automóvil hasta sacarlo fuera de la carretera. Un accidente bajo la fundada sospecha de intencionalidad, y que en todo caso le es muy conveniente al régimen castrista.
Tras el accidente, la familia Payá no ha aceptado la versión oficial y desean conocer la verdad tras su muerte. Su hija, Rosa María, ha surgido como una nueva figura de la oposición cubana. “Tenemos una historia familiar de amenazas por parte de la seguridad del Estado, sobre la vida de mi padre y de nuestra familia”, nos dice. Con el mismo sello de su padre, sin rencor, y confiada en que se logrará saber la verdad, nos cuenta sus razones para no creer en la versión del accidente, las amenazas y acoso que ha sufrido su familia, y cómo es vivir con las limitadas libertades de la isla. Un relato, con voz tranquila y sin perder nunca la compostura, de una joven que ha sufrido toda su vida como consecuencia de la lucha por la libertad.
¿Qué representaba tu padre para ti?
Mi padre era el centro de nuestra familia y todo giraba alrededor de él, era la persona que nos protegía, en medio de nuestra realidad que es bastante compleja, y realmente sentimos mucho esa ausencia, en muchos sentidos, nos sentimos desprotegidos sin él. Pero tenemos fe, creemos que nos está protegiendo desde donde esté.
¿Qué piensas sobre las versiones que han dado las autoridades sobre el accidente?
Ellos no se han comunicado la verdad. Tampoco se ha comunicado oficialmente cuáles son los resultados de éstas investigaciones, sólo hemos tenido tres contactos con las autoridades cubanas. El primero fue en las oficinas legales en el momento que nos estaban entregando el cuerpo de mi padre, y un médico nos dio nociones de que había sido un accidente. Luego, en la semana nos citaron las oficinas de InvestigaciónCriminal de La Habana, y cuando llegamos era para preguntarnos si le íbamos a exigir alguna indemnización al joven Camorro, el español que iba manejando, a lo que nosotros respondimos que no aceptábamos la versión que el gobierno había dado por la televisión cubana, y que no nos había dado a nosotros directamente. Tras lo cual teníamos muchas dudas y no aceptabamos esa versión, por tanto, dudamos de eso.
¿Qué crees qué pasó?
No tengo ningún indicio para pensar que esto haya sido un accidente. Tenemos muchas razones para dudarlo. Tenemos una historia familiar de amenazas por parte de la seguridad del Estado, sobre la vida de mi padre y de nuestra familia.
Previo al accidente, ¿eran acosados por el régimen tú y tu familia?
Sí, nosotros recibimos amenazas y mi padre recibía amenazas por su vida constantemente, por parte de la Seguridad del Estado. Era también seguido cuando salía a la calle.
Años antes, cuando salía de Cuba, ponían vigilancia en los alrededores de mi casa, y le decían a mi padre que si al comandante le ocurría algo, él lo iba a pagar. Y hace dos meses mi mamá y mi padre tuvieron bastantes accidentes en los que por poco pierden la vida y agradezco que no les pasó nada en esos momentos.
¿Continúa ese acoso tras la muerte de tu padre?
Alrededor de mi casa están constantemente pasando carros de la policía y los vecinos nos lo comentan. Y  a mi hermano lo han seguido oficiales de la Seguridad del Estado que usan uniforme y todo. De hecho, el viernes pasado lo seguían mientras él manejaba nuestro Volkswagen. Sí, nos están acosando, la tumba de mi padre tiene guardia permanente.
¿Cómo han vivido este proceso dentro de tu familia?
Estamos muy tristes por lo que nos pasó. Creo que para Cuba y para los cubanos ha sido una gran pérdida, pero para nosotros es papá el que murió, es la persona que jugaba con nosotros, que nos enseñaba, que estaba en nuestros problemas. Es el compañero de mi mamá y nosotros estamos muy tristes, estamos sufriendo este dolor.
También hemos tenido mucho apoyo de muchos amigos y de muchas personas que no sabíamos que eran nuestros amigos y nos están ayudando, así que también tenemos muchas personas a quienes agradecer. Y bueno, ahí está también el acoso que nosotros hemos vivido; la misma forma que vivíamos antes de la muerte de mi padre. Este acoso ahora es más intenso, ahora es más perverso por lo que sucedió, pero no es nuevo.
¿Cómo es hoy día vivir en Cuba?
Pienso que de manera general en Cuba las personas comienzan a perder el miedo, o al menos comienzan a manejarlo y a controlarlo, más libremente. Ir a misa por ejemplo, no es un problema en Cuba, expresarse sí lo es, pero estoy segura que cambiará, por como fue el funeral de mi padre y la cantidad de personas que estuvieron con nosotros apoyándonos y expresando su dolor y su libertad. Eso en muchos momentos en Cuba era impensable, así que a mí realmente la situación me parece en cierto sentido esperanzadora. Me parece que hay esperanzas para Cuba, para nuestro pueblo.
¿Tienen más miedo ahora que el hostigamiento se tradujo en muertes?
Sí, sí, finalmente nosotros estamos sintiendo el peligro, estamos palpando el mal. Me parece que todo Cuba se dio cuenta y quizás es un momento muy peligroso para todos. Mi familia lo sabe bien. Pero seguimos en Cuba, seguimos intentando mejorar las cosas y sólo espero que en algún momento nos demos cuenta de que la generosidad y la solidaridad es mucho más que la violencia y la sangre.
Rosa, ¿en qué posición queda el movimiento que creó tu papá y la oposición cubana tras su muerte?
El movimiento que se llama “Liberación”, está dirigido por un consejo coordinador. De este consejo coordinador formaban parte Harold (Harold Cepero, el otro disidente cubano fallecido en el accidente) y mi padre. Ahora él no está, pero el consejo continúa y el movimiento continúa, y pues el trabajo sabemos cuál es, y lo estamos haciendo.
¿Qué opinas de Camila Vallejo y de otros jóvenes chilenos y latinoamericanos que ven el régimen cubano como un modelo a seguir?
A Camila Vallejo sólo la he visto por la televisión cubana que no es mucho, ni es muy confiable. El gobierno cubano ha gastado mucho, mucho dinero en propaganda; yo sólo los invito a que se comprometan con la realidad y con la verdad. Yo para nada dudo de sus intenciones, pero solo les pediría a estos jóvenes que se comprometieran con la verdad y con la realidad del pueblo cubano y no con el gobierno, que nos oprime.
Sabe, es que Harold tenía 21 años y fue expulsado de la Universidad de La Habana por firmar el Proyecto Varela, que pedía derechos y libertades para el pueblo cubano. Que es lo mismo que quieren estos muchachos chilenos para ellos y para su sociedad.
¿Cuál crees tú que es el mayor legado que va a dejar tu padre?
Creo que es una pregunta difícil de responder desde mi posición como hija, o como miembro del movimiento, o como cubana. Pienso que para todos los cubanos mi padre ha dejado fundamentalmente la esperanza. Su vida y su trabajo son la demostración de que el cambio es posible, y de que como él decía, los cubanos tenemos derechos y los vamos a conseguir, pienso que eso es fundamental para el pueblo cubano y era el corazón de su trabajo.
¿Qué les dirías a los responsables del accidente?
Creo que no es simple responder esa pregunta. A mi padre jamás le escuché una palabra de odio de resentimiento, ni siquiera para estas personas que lo seguían día a día. Yo rezo todos los días para que mi familia, nuestros amigos y yo misma, nos guardemos estos sentimientos. Como decirles que nosotros no tenemos odio en el corazón. Pero necesitamos, Cuba necesita de la bondad y de la generosidad de sus hijos y simplemente es lo que espero. Espero un momento de verdad, de esclarecimiento de toda la verdad, más de perdón y de reconciliación, para seguir viviendo en este país.