25 jun 2011
La más bella puesta de sol
Por Martha Pardiño
albertopardino@bellsouth.net
Hay un momento mágico e inolvidable cuando eres testigo de una puesta de sol en el malecón habanero. Sientes la inquietud en el aire y hasta las olas parecen estar esperando ese momento prodigioso cuando el sol que parece una bola de fuego vá lentamente rindiéndose ante los requiebros de un mar azul y tranquilo, como mujer que espera las caricias de su amado, que enamorado y haciendo gala de sus juegos de colores, la seduce y se pierden en el horizonte en perfecta y apasionada unión.
Es ese el momento en que los enamorados se cogen de las manos trémulos de pasión; cuando el manisero deja en el suelo su lata llena de cucuruchos de maní para contemplar el espectáculo; cuando un viejo saca su pañuelo blanco y lo agita al aire en un hasta luego porque mañana, si la suerte lo acompaña, va a estar en el mismo lugar y asistiendo al mismo ritual amoroso; cuando los niños dejan sus juegos y se acercan al muro del malecón y se quedan embelesados mirando al cielo; y es cuando a mi se me llenan los ojos de lágrimas y el corazón me late apresurado y me faltan las palabras para describir tanta belleza, y sólo atino a darle gracias a Dios por dejarme ser testigo de este momento mágico.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Gracias, querida Elsa. Tú, con tantas cosas que tienes que hacer, tienes la gentileza de publicarnos cartas y artículos y te lo agradecemos muchísimo, pues es muy agradable hacer algo que gusta a los demás y que nos lo celebren. Es un incentivo para hacer lo que más nos gusta que es scribir...
Martha Pardiño
Publicar un comentario