21 sept 2010

A Qué Precio la Libertad?


21 de Septiembre del 2010

Por Fernando J. Milanes MD

Los “cubanologos” están alborotados. Medios informativos están repletos de opiniones en las que se teoriza si ha empezado la transición de un Castro a otro. Declaraciones luego desmentidas de un Fidel demente, y aperturas económicas, mayormente cosméticas de Raúl, ha convencido a muchos de que un régimen controlado por el menor de los Castro llevara a un sistema capitalista “a lo Chino o a lo Cubano”. El tema está concentrado en una apertura económica, pero me pregunto; qué precio tiene la libertad?

En el exilio de los años 60, se abandonaron privilegios y ventajas económicas a cambio de vivir libremente. Una minoría tiránica se afianzo al poder asesinando y robando. Un puñado de valientes renuncio al escape y sufrieron muerte o prisión a cambio. Una gran mayoría se quedo, sacrificando sus derechos, a cambio de pequeños privilegios. Cincuenta años después, una gran cantidad de cubanos, nacidos en la tiranía, desconocen lo que significa una verdadera democracia. Muchos jóvenes se escaparon de sus miserias, para obtener oportunidades nuevas, y otros emigran principalmente al ver que sus prebendas habían disminuido, o al sentir peligro sobre sus pocas libertades, o sea los mismos sufrimientos que siempre habían aceptado para los demás.

Porque no se discute una apertura política como más importante que la económica? La triste realidad es que la mayoría del País se conformaría con un poco mas de bienes materiales y están dispuestos a ceder sus voluntades a cambio. Muchos, alejados físicamente de Cuba, mantenemos el concepto de la responsabilidad individual con sus consabidas oportunidades de éxito, al igual que de fracasos. Libertad, en su concepto más amplio, se define brillantemente en la Declaración de Independencia de los EEUU. Todos estamos dotados por nuestro Creador de ciertos derechos inalienables, la vida, libertad y búsqueda de felicidad. No estoy dispuesto a vender esta creencia por ningún tipo de beneficios. Respeto el derecho de los que deseen vivir en la Cuba futura que se vislumbra. Acá me enterraran, aunque mi espíritu haya fallecido en la Patria en que nací.

1 comentario:

Martha Pardiño dijo...

Real y concreto este escrito de nuestro querido Fernando.

En el 1962, los cubanos que abandonamos la patria, no dejamos todo por comida (ni se hablaba en ese tiempo de eso), dejamos todo por el derecho de vivir en libertad, de no vender nuestra alma ni nuestro pensamiento y de poder darles a nuestros hijos un futuro libre y feliz.

Como Fernando, mis ojos se cerraran para siempre en esta tierra que nos abrió los brazos.

Martha Pardiño

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