Cortesía enviada por Raúl Martel, La Habana y de
José L. Martel.
Se descubrió que el café produce una variedad de beneficios saludables, de acuerdo a un artículo investigativo publicado en la última edición de la Revista Israelí de Práctica Familiar.
El profesor Yair Yodfat, experto en medicina familiar en la Facultad de Medicina Hadassah de la Universidad Hebrea y asesor en hipertensión en el Centro Médico Sheba en Tel Hashomer, escribió que a menudo los pacientes le preguntan a él si tomar café puede elevar la presión arterial y contesta que, basado en recientes estudios, el café y su cafeína –consumidos con moderación –no solamente no tienen una mala influencia en desórdenes existentes sino que puede ayudar a prevenir enfermedades o evitar que las existentes, empeoren.
El cuerpo puede adaptarse a sí mismo a la cafeína y, para algunos, puede incluso permitirles dormir no mucho después de haber tomado una taza. Siendo un estimulante, la cafeína influye la liberación de una variedad de neurotransmisores tales como la noradrenalina, acetilcolina y dopamina. Eso causa que ciertos vasos sanguíneos se expandan y otros se contraigan, e incrementa la habilidad muscular. Puede aliviar ciertos dolores de cabeza al incrementar el flujo sanguíneo en el cerebro.
Sin embargo algunas personas son sensibles a la cafeína, lo cual puede causarles dificultad para dormir, ansiedad, nerviosismo, depresión, problemas estomacales o un rápido latido cardíaco. Cualquier persona que experimente una reacción así debería mantenerse alejada de él.
Consumir más de 600 miligramos de cafeína al día –una taza de café instantáneo tiene de 40 a 104 miligramos, mientras que un expresso tiene 100 en una taza pequeña y el café colado tiene de 80 a 135 –puede producir síntomas molestos y debería ser evitado. El chocolate, el té y la cola también contienen cafeína.
Los estudios muestran que el beber café, con moderación, que comienza de una manera gradual y no repentinamente puede elevar la presión arterial un poco pero no acelera el latido cardíaco.
El Estudio de la Salud de la Mujer en Iowa que observó a 23,000 mujeres menopáusicas a través de 11 años, encontró que las que bebieron más de seis tazas de café (incluyendo el descafeinado) al día tuvieron un 22 por ciento de menos riesgo de contraer diabetes tipo 2 que aquellas que no bebieron café.
Una meta-análisis de 18 estudios con 500,000 participantes mostró que cada taza de café bebida al día reducía un 7% el riesgo de contraer diabetes tipo 2. Se cree que la conexión es un aumento en la hormona adiponectina, la cual está conectada a la resistencia a la insulina.
Otros estudios mostraron que no había conexión entre beber café y los ataques cardíacos, derrames o la muerte súbita. Además, hacerlo con moderación no se encontró que cause daño a las mujeres embarazadas o a sus fetos. Los bebedores de café o té no tienen riesgos más altos de cáncer al seno, al hígado o al colon.
Como la mayoría de los estudios citados fueron retrospectivos en lugar de prospectivos, Yodfat indica que se deberá continuar investigando. Urgió a las personas a consultar a sus médicos antes de hacer cambios en sus dietas y a evitar beber café excesivamente./mdzol.com
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