4 dic 2010

EL DERECHO DE PENSAR LIBREMENTE.


Date: Fri, 3 Dec 2010 14:22:58 -0800

Lic. Amelia M. Doval

Los humanos no estamos capacitados para ser perfectos, nuestra naturaleza se inclina más a dejarnos penetrar nuestras mentes por el egoísmo, la envidia, la ira o la codicia que establecen una especie de net que crea las redes entre las cuales quedamos atrapados aún sin percatarnos de ello. Es un trabajo diario limpiar nuestra alma de estos vicios insanos que nos llevan a hablar o ´´machacar´´ ideas sin tener en cuenta el efecto, sólo bajo los dictados de la lengua.

Los impulsos nos conducen a cometer errores, aquellos que sin grandes consecuencias son torpezas pero, podrían transformarse en agresiones si utilizamos palabras injustas y mal intencionadas. Hay una frase que reza´´según sea el gobernante así serán los gobernados´´. Si las pretenciones de los cubanos son crear una Patria nueva, entonces por qué mal utilizar la palabra.

Estamos sembrando en terreno equivocado y (...) ´´si haces planes para un año, siembra arroz. Si los haces para dos lustros, planta árboles. Si los haces para toda la vida, educa a una persona´´. Deberíamos cuestionarnos como comunidad si lo que hacemos es favorecer el futuro o dejar salir los bajos instintos personales, en una batalla que nos ha llevado a autodestruirnos como país. Nosotros no somos enemigos de nosotros mismos, si nos dejamos llevar podemos convertirnos en un instrumento de una mente diabólica , hay que tomar conciencia de esto.

Analizando el curso de la vida, me surgió la justa interrogante ¿la cultura cubana es sólo música? , ¿qué derechos cómo artista - profesional cubano, tenemos para presentarnos en nuestro país y comenzar a abrir espacios?. Investigando se puede demostrar que es arbitrario e irrelevante sostener la controversia. Una científica cubana se alza con logros inesperados, músicos, artístas, médicos y eso también es nuestra cultura. Levantemos el orgullo y no permitamos que nos pisoteen por la vieja costumbre de desestimar los valores. Somos una comunidad que por lamentar nuestro dolor no hemos descubierto las joyas en el lodo.

Hagamos un equipo de hombres y mujeres, una fuerza única, una quinta columna y pidamos nuestro derecho a establecer una semana de CULTURA CUBANA DEL EXILIO, en tierra nuestra. Podriamos imaginarnos las trabas políticas aunque valdría la pena demostrar que una vez fuera hemos mantenido nuestros orígenes en alto. Pidamos la colaboración de esos que hoy transitan en la cuerda floja, comprometamos la publicidad. Hagamo una feria de libros, arte, cine, música, risa. Mostrar que existimos y somos un pueblo que no nos odiamos entre nosotros sino que pedimos, exigimos la liberación de todos los que están dentro de las cárceles, los caminan con miedo por las calles y los que estamos en la distancia. Esa debería ser nuestra verdadera batalla, luchar por un espacio que nos pertenece por derecho propio.
Miami, Fl


COMENTARIO DE JOSE L. MARTEL

Este trabajo "El derecho de pensar libremente" de Amelia llega "como anillo al dedillo". Que cosa habia leído lo publicado hoy en El Nuevo Herald, "El cubano perfecto", de otro querido amigo, Oscar Peña, ambos en distintos momentos ha sido fustigados por esas mentalidades extremas de derecha y de origenes generacionales. Eso de que llegue primero que tú al exilio tengo el derecho de que pienses y sientas igual que yo, es un gravisimo error espiritual y de falto patriotismo.


El cubano en todos los tiempos es cubano digno y respeto, menos los opresores, criminales que pratican el totalitarismo como Fidel, Raúl, Chávez, Ortega. etc. etc. y como lo fueron Hitler, Stalin, Franco, Duvalier, Trujillo, Batista, Pinochet y el rosario de dictadores mundiales. Pero en Estados Unidos donde la libre expresión y el pensamiento no tiene fronteras. Donde escribir lo que uno siente no es repudiable viene viene estos dos artículos de Amelia y Oscar.

Es todo, ya que ellos han dicho la verdad. Felicitades Amelia M. Doval y Oscar Peña. Los espero el 10 de diciembre en el Versailles para darle un DESPIDIENDO AL VIEJO...2010 y los vejetes de Cuba para siempre.

Un abrazo,

JM

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