Por Elsa I. Pardo
http://cubanuestra6eu.wordpress.com/2011/02/04/analisis-y-perfil-del-asesino-johnny-simms-de-liberty/
El 4 de febrero de 2011 07:22, Elsa Pardo
El 20 de enero, Johnny Simms se enfrentó a tiros con un escuadrón de búsqueda de fugitivos de la Policía de Miami-Dade y mató a dos detectives, hiriendo a un tercero, antes de caer abatido por otro agente. Este joven de 23 años llevaba 10 años cometiendo actos delictivos y dos períodos de prisión. Hace solo cuatro meses había salido de prisión bajo libertad condicional.
Muchos creen que la policía no estuvo bien entrenada para manejar este caso. Algunos piensan que el juez no debió conceder la libertad condicional a Johnny Simms de 23 años, con un record criminal extenso. Otros creen que la policía hizo su trabajo y la fiscalía lo encauso. Algunos se preguntan por qué la policía no uso el equipo SWAT? Y yo me pregunto: Por qué no acorralaron a Johnny Simms, en vez de dejarse acorralar por Simms? Y por qué no usaron gases lacrimógenos y altos parlantes? Pienso que todos tenemos razón. Pero, voy más allá: Quién fue Johnny Simms y por qué se convirtió en un asesino despiadado? Cuáles serían las posibles soluciones para contrarrestar este problema familiar y social?
Diariamente escuchamos noticias de jóvenes y adolescentes asesinos, drogadictos, ladrones y pandilleros en nuestra comunidad; vivimos en una sociedad violenta. Biológicamente, la delincuencia no se hereda, sin embargo, hay una inclinación física y biológica que favorece la disposición hacia la criminalidad y psicológicamente, combinada con conflictos internos, como la esquizofrenia, otras enfermedades mentales y lo siguiente:
Sociológicamente, la familia es la institución básica de la sociedad y está en crisis, con un alto porcentaje de separaciones, divorcios y abandono familiar. Algunos jóvenes vienen de hogares donde existe la violencia, falta de valores y de formación religiosa. A otros les hacen mucho daño las escenas violentas en los cines, videojuegos, en el internet y la TV. Muchos padres pasan la mayor parte del día trabajando y otros no le dedican tiempo a sus hijos, se sienten solos y en ambientes peligrosos como en Liberty City, con desigualdades sociales, por racismo, o por ser de otra etnia, por consumo de drogas y o alcohol. Otros se integran a pandillas locales, peligrosas, que aunque destructivas, se refugian, encuentran afecto, apoyo e identidad, que muchas veces no encuentran en sus propios hogares y tanto necesitan para no sentirse marginados e inseguros.
Es más, cuando estos jóvenes proceden de una formación familiar sin “valores” apropiados como el amor, el respeto, la sinceridad, la honradez, el trabajo, el estudio, la responsabilidad y la solidaridad, que les permita diferenciar lo bueno de lo malo, las buenas y malas amistades, son más débiles y fáciles de convencer , son tentados y más fáciles de captar por pandillas o por grupos, delincuentes o personas que los perjudican y no los benefician en nada. Y ya sea por rebeldía o curiosidad, por necesidad o por aventura, empiezan a integrarse en un ambiente delictivo, cada vez más. La mayoría de los jóvenes son violentos, actúan por impulsos y carecen de autocontrol. El fracaso escolar, bajo rendimiento, escasa asistencia, la expulsión o el abandono de la escuela, también inclina a los jóvenes hacia el comportamiento criminal.
Según la ONU, “Enseñar valores fundamentales y fomentar el respeto de la identidad propia y de las características culturales del niño, de valores sociales del país en que vive el niño, de las civilizaciones diferentes de la suya y de los derechos humanos y libertades fundamentales”.
Es decir, la familia, la escuela, el trabajo y la sociedad en general, deben inculcar los valores y virtudes, tanto a niños como a adultos, para disminuir el índice delictivo, tanto en los jóvenes como en adultos.
Miami
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