21 ene 2011

Es mejor ser gay o inmigrante indocumentado?



Por Elsa I. Pardo

El 18 de diciembre, el senado votó por dos propuestas importantes, sobre gays e inmigrantes. Se aprobó la de los gays y la de los inmigrantes no se aprobó. Aunque estos temas no están relacionados, necesitan solucionarse.


Hay pocas esperanzas para la reforma migratoria y no creo que el Congreso se atreverá a aprobar la legalización de millones de indocumentados y poner freno a la ola de inmigrantes que se desató a finales del 2006, cuando los republicanos detuvieron el Comité de Conferencia que armonizaba dos proyectos, uno de los cuales autorizaba la legislación de por lo menos 9 de los 11 millones de indocumentados. La mayoría republicana en la Cámara de Representantes asumirá sus escaños para iniciativas legislativas para endurecer la política migratoria e intentar capturar al máximo número de indocumentados.

El Dream Act no paso de ser un proyecto de ley, una frustración para la comunidad hispana, los grupos pro-inmigrantes, agrupaciones de estudiantes, a la Casa Blanca, el presidente Obama y al senador Harry Reid. Reid decepcionado, dijo que el “Dream Act” les hubiera dado una oportunidad a estos niños, quienes fueron traídos a este país por sus padres sin voz ni voto en la decisión, para que defendieran a nuestra nación. El proyecto propone una vía para la ciudadanía para jóvenes indocumentados que llegaron a Estados Unidos antes de los 16 años y han vivido de forma continua en el país durante al menos 5 anos, entre otros requisitos, como el cursar dos años de estudios universitario o inscribirse en las Fuerzas Armadas. Necesitaba 60 votos en el senado y se quedo en 55. El senador republicano Lindsey Graham fue terminante al señalar que “no vamos a aprobar esta medida o cualquier otro programa de legalización hasta que nuestras fronteras estén seguras.”

Sin embargo, la ley que permitirá a los gays y lesbianas estadounidenses servir abiertamente en el ejército, obtuvo 65 votos. Estados Unidos prohibía a los homosexuales servir en el ejército desde 1916. A lo largo de la historia, durante las guerras napoleónicas, los marinos ingleses con tendencias homosexuales eran colgados y en 1778 el mismo general George Washington dio de baja a soldados estadounidenses por la misma razón. Pero no siempre fue así. Según los historiadores, para los griegos ancestrales el asunto no tenía tanta importancia. De hecho, mucho se habla de la supuesta homosexualidad en el mismo Alejandro el Grande, mientras Platón escribió que “un ejército donde se propicie la homosexualidad será invencible, porque el amor convierte al más cobarde en valiente”. Es evidente que el tiempo y el paso de los siglos han desvanecido ese entusiasmo y mucho de esa actitud. Aún así, en la actualidad hay en el mundo 25 países donde sin problema se permite ser militar y ser homosexual. México no viene en esa lista.

En la Segunda Guerra Mundial, la prohibición se hizo real: se empezaron a buscar pruebas de amanerados para limitar el acceso de gays. Durante la guerra de Vietnam, aun con el servicio militar obligatorio, la artimaña les sirvió a algunos para evadirse. La prohibición siguió vigente hasta 1993 cuando Bill Clinton decidió poner fin a la prohibición de más de medio siglo, que impedía que personas homosexuales fueran admitidas en las filas del Pentágono. Pero la iniciativa se enfrentó con gran oposición por parte del público y de los mismos militares, el país no estaba preparado para este cambio. Clinton tuvo que conformarse con el “Don’t Ask, Don’t Tell”, (no preguntes, no lo digas). Esta medida preveía que si el ejército no descubría que algún soldado era gay y el no lo decía, podía servir. La clave era ocultar la condición. Si se descubría, el soldado era expulsado. En estos 17 años se han expulsado alrededor de 14 mil miembros del ejército, la marina y la fuerza aérea combinados. Algunos de ellos, valiosos intérpretes u oficiales de gran capacidad y entrenamiento. En la actualidad se estima que en las fuerzas armadas estadounidenses existen al menos 66,000 personas gay, lesbianas o bisexuales, en un ejército de casi millón y medio de miembros en activo que sirven militarmente a su país, combaten y en muchos casos mueren por él, siempre y cuando escondan y se guarden para sí mismos su orientación sexual. Esta medida es la que ha sido derogada. Ahora la orientación sexual no será motivo de expulsión. Esta minoría ya no tendrá miedo de perder el trabajo ni años de servicio por ser descubiertos homosexuales. Obama se los prometió cuando estaba en campaña.

El Departamento de Defensa publicó el 1 de diciembre un informe acerca de la derogación de esta ley. En el informe, los resultados de una encuesta de 3 preguntas a los militares demostraron lo siguiente:

1. Cuando se les pregunto si tener a un homosexual o lesbiana en su unidad, afectaría su habilidad de trabajar juntos y hacer el trabajo? el “70% dijo que tendría un efecto positivo, mezclado o ningún efecto”.

2. Si alguna vez durante sus carreras habían tenido un compañero homosexual? “69% dijeron que si”. 3. Cuando les preguntaron acerca de su actual experiencia en una unidad con un compañero gay o lesbiana? El 92% dijo que “la habilidad de trabajar juntos era “muy buena”, “buena”, “o ni buena, ni mala”.

Creo que las preferencias sexuales no tienen nada que ver con el deseo patriótico de servir y defender la nación y deben estar sujetos a las mismas reglas que los demás heterosexuales. Es más, ellos mismos han expresado su amor, honor, respeto, integridad y sus deseos de servir a la patria. Algunos han expresado sus deseos de volver al servicio militar después que fueron expulsados.

Opino que lo importante es que los homosexuales mantengan una conducta apropiada y de respeto con sus compañeros y superiores. Las muestras de afecto, caricias, besos, abrazos, manera de vestirse y la apariencia debe ser adecuada, igual que los heterosexuales. El exhibicionismo y la vulgaridad son inaceptables. Los actos de violencia, la falta al respeto y el acoso nunca han sido aceptados en nuestra sociedad, ni por homosexuales ni por heterosexuales. Creo que se deben seguir las reglas de conducta sin importar cuál es la orientación sexual y sin que haya una legislación distinta para gays.

Indudablemente, se inicia una nueva etapa a favor de los derechos de los gays, pero habrá prejuicios, dudas y problemas que se presentarán y se resolverán en el camino. El tiempo lo dirá.

1 comentario:

Martha Pardiño dijo...

Querida Elsa:

La verdad es que ser indocumentado en este país equivale "a ser apestado".

Y lo siento mucho porque si hubiera sido aprobado el Dream Act, se le hubiera dado la oportunidad a miles de estudiantes indocumentados a seguir sus estudios y a tener la misma oportunidad de ser hombres y mujeres valiosas para este país.

Creo que el presidente Obama tiene que ponerse los pantalones y no dejar a estos muchachos sin futuro.

Te felicito,

Martha Pardiño

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