Manuel Menéndez
Surge una nueva era, que si bien trae ventajas para los lectores, va en detrimento de varios sectores de la industria del libro clásico. No se puede definir aún si la transición por la que atraviesa la industria del libro, conducirá a una revolución literaria o a una involución editorial. La batalla entre el libro clásico y el libro electrónico ha comenzado. Existen los partidos. Se vislumbra una hegemonía a largo plazo del libro electrónico, pero surgen las dudas. Todavía no se puede asegurar que en el futuro, el libro en papel sea desplazado, o desaparezca.
Los partidos
Existe un grupo formado por lectores y otros sectores que aún se niegan a admitir algo que ya es una realidad inobjetable. Se resisten a creer que un pequeño aparatito electrónico sea capaz de almacenar en su memoria, centenares de textos. Tampoco consideran la posibilidad de que el libro clásico, que ha representado todo un patrimonio cultural del hombre, pueda ser relegado a un segundo plano.
El licenciado Jaime Gonzalo Cordero en su libro Cómo ganarse la vida escribiendo, apunta:
"Unánimemente, los lectores consideramos el libro de papel, y es lógico que así sea, como el objeto que ha permitido y aún permite el mayor desarrollo cultural, científico y tecnológico de toda la historia de la humanidad. Por ello, muchos son reacios a recibir la información en un soporte diferente al del objeto libro".
Sin embargo, otros opinan que el libro clásico ya es obsoleto y desaparecerá en el futuro. Aseguran que tanto estudiantes como profesionales podrían viajar con toda una biblioteca electrónica en su bolsillo sin tener que llevar en su maleta, pesados manuales; que la ciencia y la tecnología se abren paso y que el e - book desplazará y matará al libro clásico, al que todos conocemos.
Es evidente que debido a las dificultades económicas originadas por la crisis mundial, son imprescindibles ciertas transformaciones que conlleven a modalidades más apropiadas de edición y de lectura.
Revolución del libro electrónico
Con el ulterior desarrollo del libro electrónico, en cierto modo disminuirían las dificultades para el lector. No sería necesario ir a la librería para comprar libros. En la memoria de un simple dispositivo electrónico o un computador, se dispondría de centenares para leerlos cómodamente. Algunos de estos dispositivos ya presentan tan alta tecnología que el reflejo de sus pantallas se asemeja en alto grado al del papel.
Con la posible hegemonía del e - book, se prescindiría de distribuidoras y librerías convencionales. Las bibliotecas estarían equipadas con computadores programados con los textos necesarios para el uso de los visitantes. Desaparecerían, por tanto, las estanterías abarrotadas de libros de todo tipo. Hoy en día, en algunos lugares del mundo, existen ya esas bibliotecas.
Ante tal situación, los gastos en servicios de impresión y distribución que encarecían al libro, desaparecerían, y los gastos de edición descenderían a gran escala. Por ende, se podrían adquirir estos libros a precios muy económicos. Hasta sería posible bajarlos impunemente de internet ¡totalmente gratis!
¿Todo es tan ventajoso como parece?
La posibilidad de bajar libros de internet incentivaría a la piratería y menoscabaría el verdadero valor de los libros, así como el prestigio de sus autores.
No distribución, no impresión, desaparición de librerías convencionales ¿Es esto tan positivo? Es como un sueño, o mejor aún, como un viejo mundo que se desvanece, toda una industria en la hecatombe. Con la desaparición de distribuidoras, librerías e incluso editoriales, surgiría un elevado desempleo en el sector. Los redactores, maquetadores, diseñadores, sufrirían los efectos. Estaría de moda la autoedición, lo cual pudiera ir en detrimento de la calidad de los libros.
Al desaparecer el libro clásico, desaparecerían también esas hermosas portadas, a veces obras de arte. Pero entonces ¿en qué consistiría la belleza del libro electrónico, del libro virtual? porque el libro como tal no existiría, sino el dispositivo que lo archiva. Subconscientemente nos hundiríamos en un mundo más electrónico que literario.
No se podría regalar un libro firmado, sino un dispositivo electrónico que realmente no es el ideal para guardar como recuerdo. Las grandes ferias del libro se convertirían en ferias de equipos electrónicos mucho más costosos. No se exhibirían libros, sino dispositivos de alta tecnología. La literatura que éstos almacenen sería menos importante. Los negociantes venderían los aparatitos, no los textos que en ellos se guarden, relegados entonces a un segundo plano.
¿Cuál sería el destino?
Roberto Hernaiz, director de la editorial española Grup Lobher, en una reciente entrevista ha planteado: " El desarrollo científico técnico es imparable, pero aún estamos acostumbrados a tocar el papel, a olerlo, a disfrutar el tacto de la tinta. Pienso que el libro clásico tardará muchísimo en desaparecer, si es que desaparece. Yo pienso que no".
Gonzalo Cordero, en otro fragmento de su libro afirma: " Esto no significa que el libro vaya a desaparecer de una manera súbita, ni que haya que renegar de él. Sería absurdo defender semejante hipótesis. Pero lo cierto es que el formato digital empieza a coexistir con el analógico y lo razonable es pensar que habrá un equilibrio entre ambos, con lectores que participen de uno y otro en una proporción, al menos, pareja "....
Lo que queda claro es que tanto el libro en papel como el electrónico tienen como elemento común sus raíces. Ambos nacen del intelecto humano. Por tanto, los escritores jugarán un papel fundamental en el futuro del libro. Todo se iría modificando en la medida que aquellos vayan prescindiendo del libro impreso y precisamente parece que es lo que está ocurriendo. Debido a las dificultades actuales para publicar un libro de la manera convencional, lo más consecuente es el modelo electrónico.
Sólo resta esperar, pero cuando surja el tema sobre el destino del libro clásico, parece más preciso comentar sobre una hipotética pérdida de su antigua hegemonía, que de una muerte segura.
El copyright del artículo ¿La muerte del libro en papel?, publicado en Literatura pertenece a Manuel Menéndez. Es necesario el consentimiento expreso de su autor para la publicación o reproducción, parcial o total, a través de medios impresos, online o a través de cualquier otro medio o formato de ¿La muerte del libro en papel?
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