13 feb 2011

La salida de Balaguer y Mubarak

Periódico Hoy, Santo Domingo, 9 de febrero 2011 Por: Bernardo Vega
Cortesía de Victor Camaño


La semana pasada, en dos programas de televisión, enfaticé la gran similitud entre la lucha política que tuvo lugar en nuestro país en 1961, desde la muerte de Trujillo hasta la salida de Balaguer siete meses después, con lo que actualmente está sucediendo en Egipto. Varias personas me han pedido que ofrezca más detalles.

Al morir el dictador el objetivo anunciado del Presidente Balaguer fue quedarse en el poder hasta las elecciones de mayo de 1962, es decir mantenerse por lo menos durante un año, pues nada prohibía que buscara la reelección. Los militares dominicanos lo apoyaron, pues eso garantizaba su supervivencia política.

Trujillo había desaparecido apenas un mes después del fracaso norteamericano en Bahía de Cochinos (Playa Girón) y estos sufrían del “síndrome de una segunda Cuba”, temiendo que ante el vacío político en Santo Domingo los comunistas, apoyados por Fidel Castro, pudiesen tomar el control. Pero el pueblo dominicano lo que quería era “Navidad con libertad”, es decir, sin Ramfis, sin Balaguer y sin los calieses y surgieron organizaciones políticas como la conservadora Unión Cívica Nacional y el movimiento de izquierda Catorce de Junio.

Organizaron mítines por todo el país, sobre todo en la calle El Conde, sufriendo represión y muertes. El gobierno de Ramfis-Balaguer utilizó a delincuentes civiles para hostigar a los manifestantes, como el caso de los “paleros de Balá”. Después de la partida de Ramfis en noviembre, la oposición organizó una huelga que duró trece días que paralizó el país, pero que también comenzó a radicalizar a la oposición pues ésta percibía, correctamente, que Balaguer estaba apoyado por el gobierno de Kennedy. Mientras en noviembre el pueblo había aplaudido la presencia de la flota americana en el malecón para forzar la salida de los hermanos de Trujillo, ya en medio de la huelga de diciembre se trató de quemar al consulado americano. Ante el creciente sesgo anti-americano Kennedy envió secretamente a varios diplomáticos, cambió de política y forzó a Balaguer a renunciar a favor de un gobierno provisional.

Mubarak es el Balaguer que quiere permanecer unos meses más en el poder hasta septiembre. La plaza Tahrir es la calle El Conde donde “los paleros” egipcios llegaron en camellos y caballos. Frank Wiesner, el diplomático americano, es el Magee que negoció con Ramfis y Balaguer. Mohammed el Banadei es el Viriato Fiallo de la oposición conservadora y los Hermanos Musulmanes son el MPD y el ala izquierda del Catorce de Junio. En el caso dominicano el peligro para los americanos era el comunismo, ahora en Egipto lo es el fundamentalismo islámico, su potencial terrorista y el síndrome de “un segundo Irán”. La crisis económica de 1960-61 causada por la fuga de capitales de Trujillo se compara con el incremento internacional en los precios de la comida, lo que afecta el consumo del pan y el pollo en Egipto. Balaguer utilizó los fondos del Partido Dominicano para repartir bicicletas y regalar automóviles. También redujo muchos impuestos. Mubarak está aumentando los salarios.

Los dominicanos logramos sacar a Balaguer del poder en 1961 en base a manifestaciones y huelgas, sin contar con armas, tan sólo con coraje y ansias de libertad. El pueblo, por primera vez en treinta y un años, se sintió con poder. Lo mismo ocurre en Egipto, pero hay algunas diferencias. Mientras las fuerzas armadas dominicanas y la policía reprimieron, el ejército egipcio, el verdadero poder allí, ha sido más cauto. En 1961 no existían teléfonos móviles, ni el Internet ni el twitter. Se apeló a radio bemba.

Los dominicanos lograron la libertad y un gobierno de transición, el Consejo de Estado, que organizó elecciones libres en once meses. Todavía es temprano para saber cómo terminará lo de Egipto. ¿Ramadán, con libertad? Este año cae en agosto.

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