Por Magaly Aguilera
Cuando te acuerdas de algo o alguien en tu vida, y este recuerdo te hace sentir deprimido, nostalgico, frustrado, etc., o sientes reclamos o reproches hacia algo , tienes que aceptar que ese sentimiento forma parte de tu vida actual
El pasado no es pasado hasta que realmente pasa. Y mientras sientas algo, cualquier sentimiento que sea respecto a las experiencias que has vivido, por más cosas que hagas en el momento presente, estarás aun condicionando tu libertad, felicidad y realización. “Concéntrarte en el presente y no mirar atrás, no es nada fácil.” Muchos se nos dice que hay que concentrarnos en las cosas bellas y agradables de la vida y que no hay que voltear atrás. Y esto es cierto, siempre y cuando ya hayamos comprendido porque vivimos o experimentamos ciertas cosas en la vida. Las experiencias vividas, malas o buenas forman parte de nuestro ADN emocional y ésto tarde o temprano se hará evidente, porque viviendo en el pasado pueden existir cosas que no nos deje sentirnos realmente felices, a pesar de lo que hagamos y realicemos.Tan contraproducente pueden ser los recuerdos felices como los desgraciados. Recuerdo lo triste que se ven muchos ancianos al recordar la felicidad perdida, comparando lo vivido con el presente.
¿Cómo dejar ir lo que forma parte de nosotros?
El primer paso para hacer de una experiencia algo pasado, es aprender a ver que todo lo que hemos vivido ha sido con el motivo de engrandecer nuestra comprensión. No se trata de querer ver siempre “lo positivo” ni de engañarnos a nosotros mismos con frases que solo perfuman el dolor o los sentimientos . No se trata de querer salirse desesperadamente de una vida “pasada” ignorándola, o fingiendo que no nos importa, o justificándola con un razonamiento evasivo.Se trata solamente de dejar ir lo ya vivido.
Para que lo pasado empiece a ser pasado, hay que aprender a observarlo, a no juzgar lo que hemos vivido y sentido, a dejar de pensar “como hubiera sido”.
No se puede controlar uno toda la vida, y tarde o temprano saldrán a flote todas aquellas cosas con las que aún no estamos en paz. Aprender a dejar ir es aprender a reconocer, además, que nadie ni nada tiene porque hacer, decir o pensar lo que a nuestro criterio es mejor.Dejar ir es comprender que cada momento es unico y no podemos esperar en su repetición para completar nuestra dicha actual. Nada ni personas ni situaciones ni acciones pueden ser repetidas por mas felicidad o dolor que obtengamos de su recuerdo.Hay muchas cosas que una persona pudo haber vivido en el ayer. Y quizá esas personas que nos hicieron alguna vez sentir amargura, culpa, ira, etc., o felicidad infinita ya ni siquiera estén en este momento, quién sabe donde andarán, quizá muy felices y realizadas, quizá no sepan siquiera todo lo que aun nos provocan. A ellas quizá no les afecta nuestro enojo, quizá ni se acuerdan “de lo que nos hicieron”. Pero a nosotros si nos afecta. El poder de ser felices, mientras le demos a otros el poder de hacernos felices, no podremos serlo. Así que, si deseas recobrar el poder de tu alegría y libertad, después de desahogarte bien y reconocer abiertamente todo lo que sientes acerca del ayer, entonces, ahora sí, enfoca tu mente en lo que deseas y anhelas, y verás como las cosas resultan más fáciles y la vida y sus regalos fluyen más rápido.
Entre más feliz seas menos tendrás que reclamar o reprochar, y más completo y realizado te sentirás. Y si llegas a ser muy feliz, quizá hasta llegues a comprender a los que te “hicieron daño”, quizá en el proceso de hacerte feliz hasta comprendas para que sirve el daño y el dolor en este mundo, y te des cuenta que lo único por lo que un ser humano puede dañar al otro es por la falta de alegría y satisfacción personal. Cuando des sin que sientas que pierdes algo, cuando sientas que ya nadie te debe nada, entonces estarás en paz con lo que fue, y por fin estarás viviendo solo en el momento presente, el momento de más poder, porque a partir de este momento se crean las realidades más grandiosas de la vida, cuando ya nada de lo que fue eclipsa tus sueños y anhelos.
2 comentarios:
En muchas cosas estoy de acuerdo con Magaly sobre la añoranza de un pasado que quizás, para muchas personas fue mejor, pero que ya pasó.
Hay que aprender a cerrar etapas. Si sacaste experiencias de tu pasado que te hicieron no volver a tropezar con la misma piedra, bienvenidas sean esas experiencias. Si tu pasado te causó dolor y te dejó vacío, olvida y vive y sé feliz; recuerda "que agua pasada no mueve molino".
Hay épocas en la vida en que hay que callarse y observar y dejar que el pasado sea solamente aquella ventana por la que entró una vez un rayo de sol que te alegró la vida, o una ráfaga de viento que te zarandeó y te hizo daño, y nada más. Ya los acontecimientos de tu hoy te irán guiando hasta tu meta final.
Contrario a Magaly creo que la felicidad es dar y no esperar nada a cambio. Perdonar las deudas y las ofensas. Después de todo, somos seres imperfectos.
Te felicito, Magaly, por esta reflexión sobre el pasado y la felicidad.
Martha Pardiño
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