Por Xiomara J. Pages
(Este es mi regalo anual para todos. Feliz Navidad, y Próspero 2012)
Varias situaciones me han hecho pensar mucho en estos últimos meses, y quiero plasmar mis meditaciones para todos ustedes, a través de mi teclado, tal y como vengo haciendo, cada temporada navideña, desde 1984, cuando renuncié al comercialismo y al consumismo. Hay cosas más valiosas en la vida, que un regalo material.
Sufrí hace apenas un par de meses, la pérdida de una gran amiga, la cual conocí siendo yo una adolescente, al llegar de Cuba. Era como una madre para mí, y aprendí mucho con ella, pues era una mujer juiciosa y sabia. Pienso mucho en las personas que he querido y han fallecido, y las menciono siempre que las recuerdo, oro por ellos y a ellos, les prendo una velita, o les dedico flores en casa. Pero no soy adepta a visitar a menudo los cementerios, prefiero mostrar mi amor cuando los seres están vivos. Sin embargo, en estos días, me sorprendí sentada frente a la tumba de mis padres, orando y conversando con ellos.
También me encuentro botando y rompiendo papeles viejos, recuerdos que ya no significan nada, y que si alguna vez significaron, ya hoy no hacen falta para querer ni recordar a las personas que nos lo dieron. Los mejores recuerdos los tenemos en nuestra mente y en nuestro corazón: momentos que compartimos y sobre todo, vivimos. Somos tan propensos a guardar cosas, a llenar nuestras casas de objetos y adornos que más bien son obstáculos para crecer espiritualmente, y nos quitan tiempo y energías. Aprendí con una amiga, que debemos fotografiarlos, y conservarlos en álbumes o discos de fotos, para verlos cuando querramos, pero sin el cúmulo de polvo, que de otra forma, sería. Por eso, he vendido camas que ya nadie ocupa, muebles que en otra época sirvieron para comidas y fiestas de numerosas familias y amistades, prendas de oro, que ya no usa nadie. He realizado y seguiré haciendo ventas o Garage Sales, para vender cientos de libros ya leídos; libreros que ya no hacen falta; ropa, zapatos y accesorios, que ya no nos sirven, ni nos servirán por muchas dietas y resoluciones de nuevo año que hagamos. Donar y vender libros y artículos sobre mi tierra natal Cuba a museos y organizaciones que los tendrán para la historia y futuras generaciones.
"Hay que poner todo en orden al final del año," me comenta una amiga vietnamita. "El próximo año es el Año del Dragón, según los Orientales," me comenta otra amiga española que me visita desde Shangai. Un año Intenso, fuerte, opulento. El Dragón es un signo de Agua, famoso y especial, por eso es tan común verlo representar las culturas orientales. Pero para que sea un buen año, hay que poner las cosas en orden, en armonía dentro de nuestro entorno y nuestras circumstancias. Según las culturas indias, Mayas y Aztecas, el año 2012 no es el fin del mundo, sino un cambio, una transformación que debe comenzar por nosotros mismos, de dentro hacia afuera. Por otro lado, los que creemos en Cristo, y celebramos una vez más el Nacimiento del Niño Jesús, tratamos de perdonar y amar como El nos ama. No sólo debemos poner en orden la casa, lo exterior, sino nuestros sentimientos, hacer espacio para las cosas positivas y buenas. Es cuestión de prioridades.
Este año me ha dado mucho. Soy abuela por primera vez, tengo una linda nieta, una muñequita que adoro, hija de mi hijo mayor y mi linda nuera, que es la alegría de su hogar y de toda la familia. Un año más con mi hija enferma de nacimiento, que aunque empeora su condición cada día, con esa rara enfermedad, sigue aquí a mi lado con una mirada angelical y su sonrisa inocente. Veo a mis dos hijos hombres, dedicados a trabajos que ayudan en la comunidad, entregando a otros con su vida y su obrar, las enseñanzas, que Dios me ayudó a transmitirles: Servir a los demás. Uno, protege las calles de Miami, de peligros y crímenes; el otro, enseña a sus alumnos, mucho más de lo que puedan decir los libros. De ambos, estoy muy orgullosa.
He formado un nuevo grupo de amigas, no tan jóvenes en edad, pero sí en vigor y alegría, las Silver Chicas, que nos vemos en un almuerzo mensual, y compartimos muy lindamente. Esto ha resultado ser una lluvia freca para todas.
También he perdido a otras amigas y amigos entrañables, y conocidos, arrebatados por la muerte y las enfermedades, una vez más. Alguna que otra amistad, se alejó voluntariamente con muchos conceptos equivocados, que no se ajustan a la realidad, pero debo respetar sus decisiones. No obstante, sigo teniéndoles en mis oraciones. Todos tenemos la libertad de ser y estar con quienes querramos, y donde nos sintamos mejor.
Me he alejado yo también de lo que no es para mí. Repelo lo vulgar, lo grosero, la chavacanería y la estupidez. No me gustan las burlas ni las faltas de respeto. Veo menos televisión, y frecuento más lugares que amplíen mi cultura. Sigo amando el arte en todas sus manifestaciones, pues lo he visto siempre como un regalo de Dios. Crear, es convertirse en cómplice de ese Dios Creador, el Gran Artista, que hizo y hace maravillas, que nos invita a través del arte, a soñar, a jugar...siii, ¿por qué no? a jugar, y a alimentar al niño interior que a veces olvidamos.
Con la crisis económica, la vida se nos ha hecho muy difícil, pero aún no aprendemos la lección: Gastar menos, y dedicar más tiempo a reuniones de familia y amigos. Disfruto por eso, de mis humildes tertulias mensuales, que ayudan y apoyan a todos los artistas,creadores y escritores, pero a la vez, me dán vida para seguir adelante. Debemos trabajar para vivir, pero no vivir para trabajar, olvidando lo más importante de esta vida. Tenemos que aprender ese equilibrio. Tal vez tener menos, pero disfrutar más lo poco o mucho que tenemos. Por eso no guardo las tazas o vajillas finas para cuando venga una visita especial. Mis amigos y yo, somos lo suficientemente especiales, para merecerlas.
Quiero la verdad, aunque me duela a veces. Por eso es que soy sincera. Generalmente, todos saben exactamente, cómo pienso y opino, lo que siento, y en qué creo, pues lo expreso con toda claridad. Prefiero tener sólo cinco amigos sinceros, que miles que me engañan, sabiéndolo o no. Soy enemiga de la hipocrecía y de la adulación, pero no me considero enemiga de nadie, ni quiero el lugar de nadie, aunque comparta opiniones, sugerencias y consejos. Ya sé que corro el riesgo de ser mal interpretada o tergiversada, por personas ingenuas y buenas, o por otras más sarcásticas y crueles, pero igual los comparto.
Sé y conozco mis defectos. Soy impulsiva y dogmática en ocasiones, espero a veces más de lo que otros pueden darme, pero acepto críticas y opiniones, siempre que sean hechas con respeto. Amo la vida, sé dar el corazón, y vivo intensamente. A todo el que he podido ayudar y apoyar, lo he hecho siempre, sin reservas ni egoísmos. A los que han sido tímidos, les he enseñado a perder el temor , y caminar hacia adelante. A los que tenían talentos escondidos, les he asistido en darlos a conocer. A los que no creían en sí mismos, les he indicado sus cualidades y talentos, y he creído en ellos, muchas veces antes que ellos creyeran en sí mismos. He dado de comer y de beber, he ofrecido una donación ó una ayuda, por humilde que fuera, al que no ha tenido. He llorado con el que llora. He reído con los que ríen. Le he hecho compañía a una amiga, ó a una madre que ha perdido una hija como la mía, porque puedo comprenderla mucho mejor que otros. Algunos de tantos, me lo han reconocido ; otros no, pero no importa, igualmente lo volvería a hacer. Nunca he celado ni envidiado a nadie, nunca deseo lo de otro, pues me basta con lo que soy y con lo que tengo. Mis padres fueron excelentes maestros en la asignatura de la vida, y de ellos aprendí, que la grandeza está precisamente donde hay modestia y humildad.
No le temo a los micrófonos ni a las cámaras, ni a hablar en público. Pienso siempre, que estoy entre gente como yo: personas que luchan por vencer obstáculos y alcanzar sueños y metas, por amar y construir. Eso nos hace seres de la misma raza. Pero tampoco temo expresar mi punto de vista, lo cual no me hace enemiga de nadie.
He recibido premios y reconocimientos a lo largo de mi vida, que se empolvan en estantes. Sin embargo, los mejores han sido, las palabras sinceras de un amigo que me quiere y me abraza. Y aunque no soy tímida, a nadie pretendo robarle, ser el centro de atención. Al contrario, le he traído de mi mano a ese centro, a su momento de gloria, cuando lo ha logrado. Y se me cansan las manos, aplaudiendo siempre su esfuerzo y su triunfo. Nunca sería de otra forma.
Hay tanto dolor en el mundo, tantas guerras y filosofías malévolas, credos crueles contra la humanidad, manipulación de políticas, mentira y falsedad, tanto abuso contra el ser humano, sin respetar sus derechos. Sobre todo, contra niños, ancianos, mujeres, y los que piden libertad en pueblos, calles y cárceles.
Los que sufren hambre, miseria y discriminaciones, son noticias de primera plana en los diarios. Como lo es la violencia doméstica, el abuso de drogas, crímenes, la falta de amor, abuso contra los animales, destrucción del planeta y derroche de recursos. Hay mucho aún por qué luchar para perder el tiempo en nimiedades.
Hay mucha gente que camina y no se ha dado cuenta que está muerta. Recuerdo cuando estudiaba en la escuela, y la maestra explicaba, "... Los seres vivos son organismos que nacen, se nutren, respiran, se desarrollan, crecen, se reproducen y mueren. Lo No Vivo no tiene la capacidad de hacer nada de esto, no sigue este ciclo contínuo y ordenado de cambios" Por eso, yo me rebelo, no me conformo con ser simplemente una Ameba. Para estar vivo, hay que tener esperanzas, deseos de luchar, ansias, sueños y metas que alcanzar. De lo contrario, estamos robándole el oxígeno a los demás.
Tenemos que seguir a pesar de los fracasos y las ingratitudes, porque nada es mejor para esperar el nuevo año que encontrar el corazón sincero de un amigo, que nos comprenda , nos alivie las penas, y comparta nuestras alegrías.
Trabajemos juntos y logremos esos sueños, pero por favor, no se olviden del sacrifricio de los que trillaron caminos hasta donde ustedes están parados hoy. Nadie se hace solo. Nadie llega solo. Siempre alguien luchó y murió antes, para que hoy ocupemos ese lugar, aunque creamos que lo hacemos mejor que nuestros predecesores. La gratitud es otra de las grandes virtudes.
Y por último, vivan la vida con intensidad y entusiasmo, como si volviéramos a ser niños, maravillados de este misterio que es La Vida....Nos han renovado el contrato, hay que vivir este renacer, nos espera un nuevo año 2012. Como dicen en un programa radial por ahí, en España y Colombia.... " ¡A vivir... que son dos días! "
(*) Xiomara J. Pages
escritora, periodista y motivadora
www.xiomarapages.com
Sonrosas@aol.com
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