en el Nuevo Herald
El retiro de los militares estadounidenses de Irak trae a contexto una pregunta: ¿valió la pena la guerra en Irak? Una guerra que duró casi nueve años, donde se pagó un alto precio económico y humano. En Irak, murieron 4,500 soldados y hubo decenas de miles de heridos y mutilados. No tenemos ni siquiera el reconocimiento del pueblo iraquí y sus líderes por liberar a ese pueblo de un cruel tirano y después por intentar encaminarlo por el sendero de la democracia.
¿Termina la guerra en Irak en el momento correcto o es solo una medida apresurada por cumplir una promesa de campaña, al inicio de otra nueva campaña por la Casa Blanca?
Muchas interrogantes se levantan ante esta decisión de la administración de Obama. Irak no representó para EEUU beneficios económicos; dejó nuestra economía en bancarrota, no surgieron acuerdos sobre suministros o explotación petrolera que beneficien a EEUU como muchos esperaban. Este país se va de Irak con las manos vacías; sólo se lleva sus muertos y las críticas de sus enemigos. Se deja atrás una democracia endeble sustentada hasta ahora por la presencia militar de EEUU y ni siquiera los principales líderes iraquíes estuvieron presentes en las ceremonias oficiales para la retirada de las tropas, como gesto de agradecimiento a tanto sacrificio.
El presidente Barack Obama cumplió una promesa de campaña, pero como él mismo dijo, si valió la pena la guerra en Irak, será la historia quien lo dirá.
José M. Izquierdo
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