Viajes a Cuba

Publicado el viernes, 01.13.12
en El Nuevo Herald

Por JOSE A. VARGAS

En Cuba hay una población de 11.2 millones. Sin embargo, aquí en el exilio todo lo concerniente a la isla se concentra en los Castro. Si se viaja a Cuba, no vamos a ver a nuestros familiares y amigos que allá viven, vamos a la casa del dictador. Si les enviamos ayuda económica, no son ellos los que se benefician, son los Castro quienes se aprovechan de nuestros envíos. Se sitúa en un primer plano al tirano de Cuba y en otro muy remoto a una población a la que insistimos en llamar “nuestros hermanos en la isla”.

Cierto que con los viajes y ayuda económica a nuestros familiares beneficiamos al dictador y su régimen, pero no es precisamente esta ayuda la que lo sostiene en el poder. Cuba produce lo suficiente para que los jerarcas vivan a sus anchas. Pero la población de la isla no tiene otro incentivo que la visita de algún familiar o amigo y las remesas.

Si no viajo a Cuba, prefiero decir que no tengo dinero para costear el viaje. Me parece poco halagador a mi persona decir que no voy allá mientras el tirano esté en la isla pues esto puede desdoblarse en “me fui de Cuba huyendo dejándola en manos de un tirano y todavía él está allá”. Y sería una hipocresía de mi parte salir con aquello de “me fui de Cuba para luchar por su libertad”, habiendo escogido para mi “lucha” (valgan las comillas) un país con una ley de neutralidad que impide cualquier acción contra otro con el cual no se esté en guerra. Cualquiera pudiese preguntarme por qué vine aquí para luchar por Cuba habiendo otros países con leyes más flexibles y no sabría qué responder.

Alrededor de dos millones de cubanos emprendimos la retirada dejando todo al dictador incluyendo nuestros derechos ciudadanos. Después de esto, no creo que nos toque criticar a alguien que viaja a la isla ya sea a ver un familiar, a nadar en Varadero o a tomar un trago en La Bodeguita del Medio. Nos quedan grandes las críticas.

El aislamiento de Cuba no ha dado resultado alguno. Pero seguir apoyándolo desde el exilio con el pretexto de que estamos haciendo algo por la libertad de la patria es una posición muy cómoda. Hemos demostrado que no estamos dispuestos a afrontar los riesgos que conlleva una acción contra el régimen en el suelo patrio, que es donde único la lucha adquiere carácter de tal. El último intento serio por lograr la libertad de Cuba fue la invasión de Playa Girón y eso fue hace ya más de 50 años. Por ello, si pretendemos mantener la unión familiar, que sigan los viajes. Que los de aquí puedan llevar momentos de alegría a los de allá que tanto lo necesitan. De una forma u otra, el régimen de los Castro continuará en el poder pues está demostrado hasta la saciedad que las sanciones económicas no funcionan. Sencillamente, el régimen las pasa al pueblo.

Así que vaya usted a Cuba. Visite y ayude a sus familiares en la isla. Pasee mientras pueda hacerlo por las calles de su pueblo natal con la confianza que no verá a los Castro, sino a amistades de antaño. ¡Buen viaje!

Ingeniero cubano. Reside en Miami.

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