LA ADULACIÓN
Por José M. Burgos S.
La adulación es una actitud que busca algún reconocimiento o beneficio y por lo tanto, resulta interesada.
La adulación no puede estar vinculada al respeto y la sinceridad, pues lleva escondida la mentira y la traición.
Los poderosos, los reyes, los adinerados, los mandatarios y los influyentes suelen tener aduladores que no pierden la oportunidad para brindarles su falsa admiración.
La adulación no está vinculada al respeto, la sinceridad o la admiración. Por ejemplo, si una persona destacada como un deportista, un músico, un científico o un escritor cruza una calle y alguien le dice que lo admira, no se trata de una adulación, sino de una frase sincera. En cambio, si un individuo le dice a un amigo que lo considera una persona inteligente, bondadosa y solidaria para luego, pedirle dinero prestado, el elogio no es sincero, es una artimaña disfrazada, es decir, una adulación.
Es habitual en las altas esferas del poder encontrar los ejemplos más burdos de aduladores que buscan ganarse el favor de los poderosos enumerando incansablemente sus supuestas virtudes.
El adulador cree que al lograr la simpatía de sus superiores, estos lo tendrán en cuenta para un posible ascenso o que, al menos, evitará castigos.
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