27 jun 2012


Uno siembra y otro recoge la cosecha.



Por Jose M. Burgos  


El ex presidente colombiano, doctor Álvaro Uribe Vélez, recibió el mando de manos de Ernesto Samper Pizano quien le entregó un país azotado por una violencia arrasadora, sangrienta y cruel generada por los narco terroristas de las FARC.
En aquella dolorosa época, los colombianos de bien, que son la mayoría, no podían desplazarse tranquilos por las carreteras de Colombia, pues temían a los frecuentes secuestros masivos y a los asesinatos por parte de los narco terroristas de las tristemente célebres Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.
Durante el gobierno encabezado por el doctor Uribe Vélez, se debilitó la guerrilla y fueron cayendo una a una las principales cabezas de esa organización criminal que tanto daño le ha causado a Colombia, se iniciaron las negociaciones para el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, la Unión Europea  y otros países comenzaron a creer en el país suramericano y a invertir en él.
El doctor Juan Manuel Santos, a quien no se le pueden desconocer sus méritos, tomó el poder en bandeja de plata, con las organizaciones criminales debilitadas y acorraladas.
La confianza se ha restablecido y hoy los colombianos, antes temerosos, viajan tranquilos por las carreteras del país y los inversionistas extranjeros, después de muchos años, miran con optimismo hacia Colombia.
Durante el gobierno de Juan Manuel Santos se han firmado Tratados de Libre Comercio que comenzaron a gestarse durante el gobierno de Uribe Vélez y gracias a estos y otras razones que dieron fruto, la tasa de desempleo se ha reducido sustancialmente y, por consiguiente, ha disminuido la pobreza.
Hoy, la economía colombiana es una de las más prósperas no sólo de la región, sino del mundo y el presidente Juan Santos Santos recoge la cosecha que Álvaro Uribe sembró.
¡Qué ironía! Uribe le abrió el camino a Santos para que llegara a la presidencia y él le paga llamando a Chávez -quien fue el peor enemigo de Uribe-, su mejor amigo ¿No es esto el colmo de la ingratitud?
José M. Burgos S.

No hay comentarios:

Páginas