Diario Las Américas
Publicado el 07-27-2012
Publicado el 07-27-2012
Estimado Sr. Director:
La muerte de Oswaldo Payá, QEPD, ha sido un golpe muy duro para la oposición en Cuba. Pero, sus ideas han cobrado una fuerza extraordinaria y lo que antes fue criticado por algunos, hoy recibe un respaldo casi absoluto por parte de todos.
Era el Ghandi cubano. Entre las muchas entrevistas que le hicieron, destaca la de Jorge Ramos en la que deja bien en claro su posición de utilizar el camino de la no violencia y sí el de la concientización del pueblo cubano hasta lograr sus objetivos de libertad y democracia.
En relación con su extraña muerte, hay mucho que cuestionar.
Ante todo, hay que decir que el actual enemigo número uno del régimen es la nueva tecnología contra la cual se siente indefenso. El hecho de que uno de los acompañantes extranjeros que viajaban en el auto enviara un mensaje de texto indicando que venían siendo seguidos por un auto e inclusive recibiendo golpes que lo hicieron salirse de la carretera es una prueba contundente de que, lo que el gobierno califica de “lamentable accidente automovilístico” fue realmente un asesinato.
Según el informe oficial el auto, en su caída, chocó contra un árbol. ¿Cómo se explica que el chofer, el español Ángel Carromero y el sueco Jens Modig que iba a su lado salieran con solo leves heridas y Payá y su compañero de luchas Harold Cepero, en el asiento trasero, fallecieran?
El régimen señala que el auto iba a exceso de velocidad y muestra el velocímetro indicando 200 kilómetros. Es posible que al verse seguidos, el chofer tratara de imprimir más velocidad a su auto tratando de escapar de los golpes y por otra parte un velocímetro puede fácilmente ser alterado a conveniencia del gobierno.
Por si todo esto fuera poco, solo unos días atrás, la camioneta de Payá fue envestida por otro vehículo en la calzada de Rancho Boyeros quedando volcada y por suerte Payá salió ileso. En esa ocasión su propio hijo le advirtió: “papá, cuídate, que esto es un aviso..”
Todavía falta mucho para dar por terminado este lamentable caso. ¿Cuál será la declaración final del español y del sueco estando en sus propios países? Sólo ellos conocen lo que realmente pasó ese trágico día.
Miami, FL.
jgastonsilva@yahoo.com
La muerte de Oswaldo Payá, QEPD, ha sido un golpe muy duro para la oposición en Cuba. Pero, sus ideas han cobrado una fuerza extraordinaria y lo que antes fue criticado por algunos, hoy recibe un respaldo casi absoluto por parte de todos.
Era el Ghandi cubano. Entre las muchas entrevistas que le hicieron, destaca la de Jorge Ramos en la que deja bien en claro su posición de utilizar el camino de la no violencia y sí el de la concientización del pueblo cubano hasta lograr sus objetivos de libertad y democracia.
En relación con su extraña muerte, hay mucho que cuestionar.
Ante todo, hay que decir que el actual enemigo número uno del régimen es la nueva tecnología contra la cual se siente indefenso. El hecho de que uno de los acompañantes extranjeros que viajaban en el auto enviara un mensaje de texto indicando que venían siendo seguidos por un auto e inclusive recibiendo golpes que lo hicieron salirse de la carretera es una prueba contundente de que, lo que el gobierno califica de “lamentable accidente automovilístico” fue realmente un asesinato.
Según el informe oficial el auto, en su caída, chocó contra un árbol. ¿Cómo se explica que el chofer, el español Ángel Carromero y el sueco Jens Modig que iba a su lado salieran con solo leves heridas y Payá y su compañero de luchas Harold Cepero, en el asiento trasero, fallecieran?
El régimen señala que el auto iba a exceso de velocidad y muestra el velocímetro indicando 200 kilómetros. Es posible que al verse seguidos, el chofer tratara de imprimir más velocidad a su auto tratando de escapar de los golpes y por otra parte un velocímetro puede fácilmente ser alterado a conveniencia del gobierno.
Por si todo esto fuera poco, solo unos días atrás, la camioneta de Payá fue envestida por otro vehículo en la calzada de Rancho Boyeros quedando volcada y por suerte Payá salió ileso. En esa ocasión su propio hijo le advirtió: “papá, cuídate, que esto es un aviso..”
Todavía falta mucho para dar por terminado este lamentable caso. ¿Cuál será la declaración final del español y del sueco estando en sus propios países? Sólo ellos conocen lo que realmente pasó ese trágico día.
Miami, FL.
jgastonsilva@yahoo.com
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