11 jul 2012

 

Un bicitaxi cruza una calle de la Habana Vieja, en esta imagen de mediados de abril.
Un bicitaxi cruza una calle de la Habana Vieja, en esta imagen de mediados de abril. 
KATHY WILLENS / AP
En tanto que el gobernante cubano Raúl Castro inicia una gira por China y Viet Nam en busca de inversiones para sostener su atribulado régimen, La Habana se cae a pedazos rápidamente.
Las calles de la Habana perdieron su estructura; sólo hay hoyos y escombros mezclados con desechos de las casas aledañas; los edificios están desmantelados y sin pintura. No tienen agua corriente y electricidad a toda hora. La gente anda con la mínima ropa, por la incomodidad del calor del Caribe. La revolución que una vez se vanaglorió de haber acabado con el barrio de las Yaguas ha convertido a La Habana en la ciudad de las pencas: casi todos las usan o para barrer o para echarse fresco.
El Malecón, símbolo de esplendor y desarrollo urbano, ha quedado como cerca de contención adonde acuden los que piensan en huir de la Isla.
Ya nadie cree en las promesas de una revolución que era para todos y se convirtió en para ellos, los dos hermanos y sus compinches que se apoderaron de una nación.
R. Antunez
Miami
El Nuevo Herald

http://www.elnuevoherald.com/2012/07/11/1248778/ciudad-en-ruinas.html#storylink=cpy

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