Publicado el lunes, 10.01.12 en el Nuevo Herald
Siempre recordaremos a Andy Williams
El cantante Andy Williams saluda al público después de una interpretación en Hollywood, en el 2004. Williams falleció el pasado 25 de septiembre.
Cuando llegamos al exilio en un caluroso mes de julio de 1962, aquí escaseaba el trabajo, pero gracias a un cheque de $90 que recibíamos del gobierno, alquilamos un efficiency amueblado por $90 al mes que incluía la luz y el agua. Al fin, y después de muchas gestiones, mi marido comenzó a trabajar en la cocina del Miami Heart Institute por $1.75 la hora; además, lo llamaron para un part time en una gasolinera cerca de casa. El salario era de $1 la hora. Estábamos locos de contento. Renunciamos al cheque del gobierno como era legal y comenzamos la aventura de vivir en el exilio valiéndonos por nosotros mismos.
¿Por qué saco todo esto a colación? Pues porque en ese tiempo nuestro único entretenimiento era visitar el Central Shopping Plaza que quedaba a una cuadra de nuestro efficiency, para ver en la vidriera de la tienda Western Auto la televisión donde exhibían programas como I Love Lucy y el Show de Andy Williams.
Uno de esos días en que estábamos mi marido y yo extasiados mirando el show de Andy Williams y sus invitados, un empleado de la tienda nos dijo que podíamos comprar un televisor a plazos, lo que nos pareció un sueño. Dimos un pequeño depósito y fuimos pagando mensualmente una cantidad módica y al cabo de varios meses nos llevamos un aparato de televisión a casa. Desde ese momento nunca nos perdimos el show de Andy Williams.
Por eso ahora que Andy Williams nos ha dicho adiós para siempre, quiero recordar esos años en que nos dio tanta alegría.
Adiós, Andy Williams, siempre te recordaremos.
Martha Pardiño
Miami
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