Publicado el 11-21-2012 en el Diario Las Americas
Cartas al Director
Una fecha espiritual
Estimado Sr. Director:
“No solo de pan vive el hombre”, palabras del Señor, recogidas en el Nuevo Testamento. Estimo, que hoy día, existen suficientes razones para dar gracias a nuestro Creador, que ha siempre ha estado con nosotros, hasta el fin de los tiempos, en los buenos momentos como también en nuestras crisis.
El día de Acción de Gracias, cuarto jueves del mes de noviembre, es una fecha significativa, de auténtico contenido espiritual.
Recordemos, que los primeros colonizadores, fundadores de la nación americana, mirando al cielo dieron gracias a Dios, “por las buenas cosechas habidas”.
Nosotros también, con humildad, reunidos en familia, debemos dar gracias a Dios, por todos los dones que hemos recibido, entre ellos nuestra Fe.
Atentamente,
Marino López-Blanco
Key Biscayne, FL.
Día de Acción de Gracias
Estimado Sr. Director:
Algunos aseguran que Estados Unidos no fue el primer país de América que festejó haber tenido cosechas abundantes. Los antiguos aztecas, los incas y hasta los indios americanos celebrarían, quizás, sus propios festivales cuando la cosecha era abundante y más profunda su alegría si era generosa en calidad. Pero es de observar que cada uno de esos grupos estaban situados en su propio territorio. Es por eso que tan importante es destacar la llegada de los peregrinos en 1620, aquellos que se instalaron en una inhabitada zona de la hoy histórica colonia de Plymouth Rock, en Massachussets, huyendo de la persecución religiosa que sufrían en el Reino Unido.
Su primer invierno en el Nuevo Mundo fue extremadamente difícil muriendo casi la mitad de los colonos. Pasaron hambre, frío, hasta que los peregrinos recibieron la ayuda de los indios de la tribu Wampanoag, sin cuya ayuda esos primeros colonos no hubieran podido sobrevivir. Tal es así que en el otoño de 1621 las cosechas fueron generosas: cebada, grano, calabazas, frijoles, etc. y el Gobernador inglés de Plymouth, Mass., expresó la necesidad de dar gracias al Todopoderoso motivando celebrarse una suculenta cena -juntos los peregrinos, el Gran Jefe y 90 indios- denominado aquel día The America’s First Thanksgiving. … -Día de Acción de Gracias.
La misma tradicional bíblica fecha que cada año celebramos en Estados Unidos de América todos los que ya hemos fijado residencia en esta gran nación.
Maria Teresa Villaverde Trujillo
Rocky Hill, CT.
ashiningworld@cox.net
Odio o amor
Estimado Sr. Director:
Me preguntaba un amigo si yo odiaba a los hermanos Castro. Le respondí: “No odio ni a esas personas y tampoco a los miles de personas que al principio de la revolución cubana gritaban en la plaza pública: “Paredón, paredón…”. Equivocados o no, según mi manera de pensar, pero siguen siendo mis hermanos. Yo por respeto a mi condición humana y por motivos de salud, no albergo ese sentimiento negativo, contra nadie. Ni aún contra aquellos que me enviaron al vivac de la calle Lugareño en la ciudad de Camagüey para que me fusilaran junto a varios que habían sido señalados por la voz pública como complicados en crímenes contra conspiradores del 26 de julio. Para odiar, para muchas personas significa que antes han amado.
¿Amas o eres fanático de Obama? Me dijo la misma persona. “Ni lo amo ni soy fanático de él. En este momento de mi vida, hoy, pienso que es una buena persona, como ser humano y que sus intenciones para gobernar son buenas”. El hecho de haber sido elegido por el pueblo como Presidente de este país, USA, demuestra el gran cambio que ha tenido efecto en la nación americana. Antes, en tiempos de George Washington, primer Presidente de esta nación, existía la esclavitud y el poseedor de Mount Vernon, y plantaciones de algodón, era esclavista, tenía esclavos. Hoy un descendiente de negros africanos, que eran los esclavos, ha sido elegido Presidente de los Estados Unidos de América, por el pueblo americano. El cambio es claro, notable, firme, definitivo. Ahora veamos como se desenvolverá su gobierno. Depende mucho de lo que cooperemos con él en el Senado, el Congreso y en nosotros, el pueblo.
Atentamente,
Eugenio Sánchez Torrentó, Ph. D.
Miami, FL.
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