El verdadero escándalo es que el Congreso dominado por los republicanos le esté haciendo la vida imposible al presidente Obama, en su afán de debilitarlo políticamente para que no pueda poner en práctica sus políticas. Estas políticas les hacen rechinar los dientes y soltar espuma por la boca, porque tratan de aumentar los impuestos a los ricos y darle un seguro médico decente a los que carecen de este, entre otras cosas.
Vergüenza debería darles que en este país, el más rico de la Tierra, haya pacientes que, según estudios, no reciben el tratamiento adecuado por carecer de seguro médico. Y como se explica en el artículo, la Cámara de Representantes votó por trigésima séptima vez para rechazar la ley de salud del presidente Obama, que pudiera evitar, por ejemplo que haya personas sin cobertura por una enfermedad preexistente, y que haya muchas personas que estén en bancarrota por las cuentas que deben pagar por haber sido atendidos por una emergencia médica.
Pero es que los republicanos del Congreso (y vamos a decirlo, a veces algunos demócratas) necesitan asegurarse que este sea el último período presidencial demócrata por el momento, no vaya a ser que Hillary Clinton se postule y gane las próximas elecciones presidenciales, y sean otros ocho años más de convulsiones y rabietas para ellos.
Ojalá, como dice el señor Caviedes, se dedicaran más a ayudar a la gente y no a hacer política. Así quizás se podrían atacar los acuciantes problemas que nos agobian.
Guillermo Miquel
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