Publicado el lunes, 11.18.13
Barack Obama
OSCAR PEÑA
Como cubano –y sin hacer sobredimensiones porque vino a una recaudación de fondos– halaga el recién encuentro del presidente Obama con dos activistas del movimiento contestatario cubano y agradecemos a Jorge Mas Santos la idea porque ha servido para que se observe internacionalmente que Cuba tiene un arco iris de pensamientos e ideas y no son todos sus ciudadanos un coro nacional, como pretende presentar siempre al pueblo cubano las totalitarias autoridades del país.
Sin embargo, para la problemática cubana lo más sustancial no fue el saludo del presidente a dos disidentes, sino todo lo que el mandatario expresó. Fue muy didáctico y pedagogo cuando indicó: “Hay que tener en cuenta que cuando Castro llegó al poder yo recién había nacido, por lo que no tiene sentido la noción de que las mismas políticas que implementamos en 1961 serían de algún modo tan efectivas como lo son hoy en la era de Internet, Google y los viajes mundiales. Tenemos que ser creativos y debemos seguir actualizando nuestras políticas”.
Tiene razón el presidente Obama. Estados Unidos no ha sabido o podido ser todo lo solidario, efectivo y atractivo que necesitaba la nación cubana. Y no me refiero a abrir puertas a los cubanos para que emigren, sino a posibilitar y sumar con sus acciones a los millones de cubanos de la isla a evolucionar nacionalmente. Las autoridades de La Habana siempre necesitaron un pretexto y un enemigo perfecto y Estados Unidos –sin ser su intención– les hizo el favor.
Lo anterior fue posible en gran medida porque todo lo concerniente a Cuba ha estado plagado de muchos errores y torpezas políticas al estar los mandatarios estadounidenses –en el caso cubano– limitados a la política doméstica de los dos partidos encabezados en el estado de la Florida por representantes cubanos muy decentes e inteligentes pero que han obrado atrapados y dependientes de la presión y el voto local de los primeros exiliados, que han sufrido mucho el desgarramiento de su suelo pero que se estancaron en el tiempo y no han sabido ser prácticos y lógicos para con sus acciones, expresiones y actuar “correr la cerca” de sus razones y ayudar a la liberación del pueblo cautivo de la isla.
Personalmente agradezco mucho al presidente Obama el haber expuesto una gigante verdad y una lección de antiplattismo que todos los cubanos dentro de la isla y en el exilio deben fijar muy bien en sus mentes. Es algo que personalmente expresamos reiteradamente pero ahora es un axioma que alcanza relevancia al ser expresado por el presidente de Estados Unidos y es que al “al final del día son los propios cubanos lo que tendrán que resolver sus problemas”.
También lo aplaudo por respetar en su visita a Miami al pueblo cubano de la isla y del exilio al no gritar noveleramente “Viva Cuba Libre” con un cafecito cubano en las manos jugando con los sentimientos y el dolor de los cubanos haciendo falsas o inviables promesas, como han hecho otros presidentes norteamericanos.
Finalmente y para acercarnos a la verdad y a la sustancia de la situación cubana debemos admitir que los culpables mayores del caso cubano no han sido ni son los norteamericanos. Hemos sido y somos (régimen y pueblo) los cubanos.
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