Visión sesgada de la Iglesia
10/06/2014 2:00 PM
10/06/2014 6:00 PM,
NUEVO HERALDCOMENTARIO
Ariel Hidalgo vaticina tiempos recios para la Iglesia por haber torcido su rumbo, según él, hace diecisiete siglos. Los detalla en su escrito La gran crisis que aguarda a la Iglesia [Perspectiva, 19 de septiembre]. Incurre en no menos de seis errores:
▪ Es falso que los cristianos condenasen la pena de muerte y todas las guerras sin excepción. Los cristianos se integraron en el tejido social de sus países como describe un antiguo texto, La Carta a Diogneto.
▪ Tampoco es cierto que se hubiese generalizado la idílica presentación de Hechos 2, 44: "Los creyentes vivían todos unidos y tenían todo en común". Ese estilo de vida subsistiría para una minoría con vocación a la vida monástica, pero no para todos los cristianos.
▪ Aunque el Cristianismo valora mucho el aporte femenino, no es verdad que en la Iglesia primitiva hubiese mujeres obispos, al menos no en sentido jerárquico-sacramental. "Obispo" sólo significa guardián.
▪ La comparación entre Juan Bautista y Elías no implica reencarnación. No se pueden entender los textos sagrados sin exégesis bíblica. Si actualmente alguien escribe que un cantante es un nuevo Frank Sinatra, no está afirmando ninguna reencarnación.
▪ También se equivoca al decir que la filiación de Jesús y la del cristiano es la misma. Jesús siempre hizo distinción hasta el último momento de su presencia visible: "Subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y Dios vuestro" (Jn 20,17). Los cristianos son hijos de Dios por la fe y el bautismo. Jesús es el eterno Hijo Unigénito, encarnado al llegar la plenitud de los tiempos.
▪ La prohibición de llamar padre o maestro a alguien (Cfr. Mt. 23, 8-9) es en el sentido honorífico que le daban los fariseos. No hay dificultad en llamar las cosas por su nombre. Sí es cierto que el título de cardenal no existía en los comienzos, ni a San Pedro lo llamaron Papa, como harían con sus Sucesores. No todo se dio hecho desde el principio.
EDUARDO M. BARRIOS, S.J.
MIAMI
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