4 de Noviembre del 2010
Fernando J Milanés MD
Mucho se habla de lograr el sueño americano, pero pocos lo entienden. El denominador común del “sueño”, es el logro de riquezas. Inmigrantes vienen de todas partes del mundo, con el afán de obtener una casa, automóvil, y otros placeres materiales que no tienen en sus países y que observan en abundancia en este. En las últimas décadas ha existido un cambio fundamental en la manera de realizar estos logros. El componente original de nuestro País, definido por sus creadores y plasmado en la constitución y la llamada carta de derechos, fue la garantía de libertad y oportunidad para todos y fue interpretado por los habitantes como una posibilidad de que a través del trabajo y el ahorro, se mejorarían las condiciones de sus vidas. En el periodo después de la segunda guerra mundial y el florecimiento de la industrialización y la tecnología, comenzaron los esfuerzos de la ciudadanía a producir bienes materiales como resultado de sus sacrificios. En un sistema capitalista, donde el dólar es rey, estos bienes se convirtieron en el mito de “trapos a riquezas”, personificados en los personajes de Horacio Alger, donde perseverancia, trabajo, disciplina, ahorro, etc., convertían a sujetos pobres en ricos. Por que las ideas de “el trabajo paga deudas” y que con independencia y oportunidad no solo se logran bienes materiales, sino paz espiritual y felicidad, se convirtieron en la necesidad de una gratificación instantánea? Por que la realización del sueño, paso de ser una consecuencia del trabajo y el ahorro a un derecho? Por que la responsabilidad sobre nuestra vida, buena o mala, paso de nosotros a los demás? Quizá en un capitalismo exagerado, una tecnología avanzada y una pérdida de las bases morales, religiosas y familiares se encuentren respuestas. Todos quieren ser millonarios, pero inmediatamente, sin sacrificio ni riesgos. Abundan los tramposos y los ingenuos que los alimentan.
Buscamos gobernantes que nos garanticen casa, comida, transporte, educación, salud, y retiros y tenemos políticos que nos complacen, sin importarles las consecuencias. Estamos en la disyuntiva entre un sistema capitalista donde abundan las ideas de fortunas inmediatas, y domina la delincuencia y un gobierno que estimula derechos que no existen y promete ayudas imposibles de cumplir. Pronto el sueño americano se convertirá en una pesadilla. Tenemos que regresar a nuestros valores básicos e inculcar a nuestros hijos sentimientos de sacrificio, trabajo, religiosidad, ayuda al prójimo y sobretodo que una vida realmente feliz no se logra con materialismo instantáneo, sino con la tranquilidad de haber vivido independientemente, con esfuerzo personal, sin exigir ni desear, y con el convencimiento que lo material que se obtuvo, si fuera el caso, fue siempre secundario a haber vivido éticamente. Las tentaciones son muchas, y los peligros abundan, pero se juega nuestra sobrevivencia y todo depende de cada uno de nosotros.
Fernando J Milanés MD
1 comentario:
Muy polémico tema el de Fernando sobre “El sueño Americano”. Diversos factores mueven esa polémica, de acuerdo con el rumbo que ha tomado la Humanidad por estos tiempos. ¿Como se regresa a esos “nuestros valores básicos e inculcar a nuestros sentimientos de sacrificio….? Como sostiene el articulo. Pues cuando la superestructura, que es este caso, es la élite gubernamental, promueva programas en esa dirección.
No quisiera evocar aqui el decir de Calderon de que “Los sueños, sueños son”; empero, pienso que todo el acontecer actual es resultado de la naturaleza de la propia sociedad que en su dinámica genera cambios que venian anunciados desde los socialistas utópicos (Moro, Owen, Campanella, Furier…), en su busqueda de la felicidad del hombre que es, en esencia, a lo que se refiere el sueño Americano, pero dentro de un marco capitalista que permite el desarrollo del talento y capacidad, como querian los Padres Fundadores.
Gracias Fernando porque haces sacudir nuestros recodos altruistas y éticos.
Orestes
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