10 mar 2010

Guerras, Hollywood y la Realidad


Por: Feranando J. Milanés, MD

La pelicula ganadora del Oscar, The Hurt Locker, me regreso a mis experiencias como medico en el Hospital de Veteranos por 18 años. Habiendo tenido el privilegio de que cientos de seres humanos ,con heridas fisicas y emocionales, me relataran lo que les sucedio cuando eran unos jovenes casi imberbes en batallas y/o prision durante guerras como la segunda mundial, Corea y Vietnam, les dire que peliculas como la mencionada y otras, no solo muestran la triste realidad, sino que se quedan cortas. Las lecciones que aprendi, fueron muchas. En el fragor de una batalla sobresalen lo mejor y lo peor de las personas. El miedo es un sentimiento universal, aunque durante la pelea se demuestre de manera diferente en los soldados. Predecir como van a responder es imposible, al menos en los trabajos al respecto en que participe. Muchos con personalidades timidas se sacrificaban con gran heroismo al igual de los que eran lideres naturales. Actos de gran bondad, se acompañaban con crimenes inexplicables, salvo para los que alli estaban. El combatiente al que una anciana con un niño y una bandera blanca le mataba a su mejor amigo, vivia el resto de su vida lamentando haber asesinado a civiles, inocentes o no, en represalia. Se puede tambien aseverar que todos, incluyendo a los que sobrevivieron en una vida "normal" tienen secuelas de lo que vivieron. Otra constante es la fortaleza del instinto de conservacion en nosotros. Los relatos de la famosa marcha de Bataan, los barcos japoneses que transportaron a los prisioneros al Japon y los subsiguientes campos de concentracion, nos lleva al limite de la credibilidad de como algunos pudieron sobrevivir. Las guerras son horribles y cuando una vision se une a una presencia fisica se entiende el porque se deben evitar. Hay, no obstante, que comprender que son inevitables y la mayoria de los veteranos que conoci, asi me lo expresaban a pesar de sus sufrimientos. Tengo que confesar, que a pesar de mi entrenamiento profesional, estas historias me afectaban, a veces obligandome a suprimir lagrimas, pero por suerte aumentando mi resolucion por hacer todo en mi alcance para ayudarlos, aunque en muchas ocasiones tuviera que quebrar un gran numero de reglas bureocraticas. Las criticas de los administradores las ignore al mismo tiempo que el agradecimiento de mis pacientes lo llevo por dentro como los mejores honores que hubiera podido recibir.

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