Por Elsa I. Pardo
Hay más de 500 escuelas “Charter” en el Estado de la Florida y muchas otras en espera de aprobación. Las escuelas públicas han observado con envidia el rápido crecimiento de esas escuelas. Entonces, qué hacer?
Las escuelas públicas están tratando que el cuerpo legislativo modifique algunas regulaciones. Por ejemplo, las escuelas Charter han podido funcionar con más flexibilidad y libertad que las escuelas públicas. Pueden ofrecer más horas de clase, mas número de alumnos en la clase, usar aulas más grandes, ofrecer clases en centros comerciales o en tiendas y edificios remodelados, para ofrecer clases de laboratorios de ciencia, salas de música, salas de computadoras y gimnasios que no son utilizados a tiempo completo por los estudiantes. Además, tendrán más libertad para gastar sus fondos, mejoras tecnológicas, instrucción y hasta con la posibilidad de administrar sus propias escuelas charter. Y, no tienen que negociar con sindicatos sobre el sueldo de los maestros. Sin embargo, hay estrictos códigos de construcción para proteger la seguridad de los niños y las escuelas charter están exentas de ellos.
Estoy de acuerdo con la flexibilidad, libertad y todo el progreso educacional en las escuelas. Pero, se necesita revisar todas las regulaciones, eliminar las innecesarias e implementar algunas. No debemos correr ningún riesgo ni poner a los niños en peligro. Por lo tanto, creo que estos cambios se deben llevar a cabo, únicamente en aulas o edificios que estén construidos bajo los estrictos códigos de construcción.
Elsa I. Pardo
Miami
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