Los suicidios entre militares
estadounidenses han aumentado a un promedio de casi uno diario este año, siendo
la tasa más alta en la década de guerra que ha vivido el país. Los 154
suicidios de soldados en servicio activo registrados en los primeros 155 días
del año exceden en casi 50% la cifra de efectivos estadounidenses que han
perdido la vida, peleando en Afganistán, de acuerdo con estadísticas del
Pentágono.
Según el sociólogo E. Durkheim, los suicidios
son fenómenos individuales que responden a causas sociales y no psicológicas.
Sin embargo, reconocía que en algunos casos, había una predisposición
psicológica causada por una fuerza social. Según él, el suicidio está
relacionado con el grado de “integración” y “regulación” social de un individuo
con la sociedad o grupo. Una persona necesita de la sociedad, no solo para ser
parte de ella, sino para que controle sus deseos y pasiones. La sociedad es la
única que puede cumplir el papel de moderador, pues es un poder moral superior
al individuo y aceptado por él. El freno no es físico, es moral, o sea, social.
En el caso de los soldados, el estado
depresivo y de tristeza, frustración, rechazo, rompimiento de roles sociales,
de relaciones, de grupos y el aislamiento que es un aspecto decisivo, produce
la “anomía,” falta de normas y aumentan los suicidios, el tipo de suicidio llamado
“suicidio anómico.”
No todos se suicidan, la anomía es el
debilitamiento de la moral, es una patología, es decir, puede remediarse a
través del reforzamiento de la moralidad.
Elsa I. Pardo
Miami
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