Publicado en Libre
8/27/13
Tengo una amiga cubana a quien conocí hace
algún tiempo. A pesar que nacimos el mismo año y siendo parte de una misma
generación, nos criamos en países y sistemas de gobiernos distintos que han
marcado nuestras vidas para siempre. Ella
nació bajo un régimen totalitario donde todo
se controla, la libertad
está restringida y se exalta la figura de un hombre con un poder absoluto. Sin
embargo, la democracia es una forma de gobierno en la cual las decisiones
colectivas son adoptadas por el pueblo mediante mecanismos de participación
directa o indirecta que le confieren legitimidad a los representantes.
Han pasado 54 años, hay 5 generaciones que nacieron en
aquel “engendro”. La generación anterior es a la cual mi amiga y yo
pertenecemos y se le llama la “Generación Perdida” porque fue la última antes del triunfo
de la mal llamada “Revolución”. Teníamos 10 años o menos, por ello se le llama
“Generación Perdida”. Las
generaciones anteriores son las que actualmente están en los 70, 80 y 90 años y
que la mayoría ya han muerto.
La Generación Perdida sufrió un ateísmo cruel, el
vecino que te denuncia, los padres a sus hijos y los hijos a sus padres. En Cuba Fidel eliminó y prohibió toda
celebración religiosa y todas las generaciones han nacido sin saber que es la
Navidad y el Día de los Reyes Magos. Solo
se celebra el día de su entrada en la Habana, el día que atacó al cuartel
Moncada y otros aniversarios importantes para él.
Al empezar la escuela primaria los niños ingresan a la
Organización de Pioneros José Martí, que los agrupa con pañoletas rojas, inculcándoles
el comunismo con su consigna “Pioneros por el Comunismo, seremos como el Che”.
Fidel Castro acabó hasta con el folclore infantil, las canciones infantiles mas
nunca se oyeron en Cuba. Ni
tan siquiera los juegos infantiles a nivel de calles en los parques públicos. Y
tampoco los cuentos infantiles clásicos y populares, o como se les quiera decir, y
los juguetes racionados. Nunca nadie ha hablado ni escrito sobre el tema porque
es tan sutil que temas como el abuso, el presidio político, la violación de los
derechos humanos, la opresión, el
crimen, la falta de libertad, la tarjeta de racionamiento, etc., opacan el
esparcimiento que normalmente debe tener un niño. Un niño sin alimentos no
puede jugar ni cantar. ¡Que lamentable!
Su generación aprendió a
cantar canciones llamadas protestas, después las llamaron La Nueva Trova y obtuvieron el
apoyo incondicional del gobierno castrista, por medio de la represión. Su generación conoció el adoctrinamiento y la
música norteamericana, “a escondidas”, las películas de guerra rusa y el
marxismo-leninismo, los “Camilitos” y los desfiles militares para imponer el
poder socialista, estudiar sin merendar y muchos cubos de cerveza.
La doble moral en Cuba
es una defensa ante un sistema totalitario que castiga la discrepancia y la
desunión. Hay que pensar como le
conviene al régimen, sino, serás víctima del hostigamiento, el presidio, la
violencia y hasta la muerte.
Su generación pasó
muchas penurias, gracias al “bloqueo” impuesto por el imperialismo. Sin
embargo, recibían millones de dólares de los soviéticos que utilizaban para
armamentos, represión, y la situación económica seguía igual.
“Resolver” es salir a la
calle a ver que llevas a la casa para comer y subsistir: zapatos, ropa, aseo,
jabón, desodorante, cosméticos, toallas
y hasta toallas sanitarias para la mujer. Esa, lamentablemente es Cuba y su miseria, mas la
pérdida de valores tanto morales como espirituales que toda esta decadencia
provoca en los que nacieron generacionalmente con el sistema. ¡Que lástima!
Elsa
I. Pardo
Socióloga panameña
Miami
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