7 dic 2013

La responsabilidad de las armas
Publicado el 9 de noviembre en el Nuevo Herald

Por Martha Pardiño  


 

300 dpi Rick Nease illustration of man looking at another man who has a gun tucked in the waistband of his pants; can be used with stories about carrying a gun. (The Detroit Free Press/MCT)
300 dpi Rick Nease illustration of man looking at another man who has a gun tucked in the waistband of his pants; can be used with stories about carrying a gun. (The Detroit Free Press/MCT)
NEASE / MCT
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La ola de muertes ocasionadas por menores con armas de fuego que pertenecen a sus padres, ha conmocionado a la sociedad.
Un niño de doce años mata a su profesor y se suicida en su escuela. Un muchachito de catorce años mata a su maestra, de la cual estaba enamorado. Dentro de un autobús escolar, un menor de edad muestra a un amiguito la pistola de su padre que él llevaba escondida en su mochila, y accidentalmente se le dispara y mata a una niña que iba en el autobús. A los menores de edad envueltos en estos casos, se les juzga ante Tribunales de Menores, cuando en realidad, los culpables son sus propios padres. Un padre de familia compra un arma de fuego –dice que para defender a los suyos– y con una irresponsabilidad rayana en el descaro, deja el arma asequible a sus hijos menores. Los niños que ven películas de ladrones y policías y tienen juegos donde se baten pistoleros y gangas, están curiosos por ver un arma “de verdad” y ahí es donde está la desgracia de la familia.
Hay que aprender, cuando se compra un arma, la responsabilidad que viene unida a ese acto. No se puede estar mostrando el arma a los amigos en el hogar en presencia de los hijos. No se puede alardear, ni hacer cuentos sobre temas concernientes a las pistolas, rifles, etc., porque los niños son esponjas y sus tiernas mentes pueden crear fantasías, porque toman como ejemplo de vida “a su papá”.

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