La presentación de músicos cubanos de intramuros en Miami se viene convirtiendo en un hecho habitual, dentro de la política cultural de un país democrático como Estados Unidos.
Pero la llegada del dúo musical Buena Fe, procedente de Cuba, a actuar en esta ciudad de Miami, generó una reacción de protesta inmediata y justificada dentro del sector militante del exilio cubano.
El argumento principal, expuesto con peso político por los organizadores de la protesta, fue que Buena Fe había actuado en el 88 cumpleaños del dictador cubano Fidel Castro, a pesar de que se le conoce en Cuba como un dúo de alta calidad y con algunas expresiones críticas de izquierda sobre la realidad política en la isla.
Paradójicamente se dio la protesta civilizada, por lo que hay que felicitar a los organizadores, y aunque el teatro no estaba a lleno completo, si contó con la participación de cientos de jóvenes cubanos que asistieron -con todo su derecho ciudadano- a disfrutar de la buena música.
Moraleja: el evento musical de Buena Fe demostró la diferencia sustancial entre el comunismo castrista y la democracia americana, pues en la Cuba castrista ni pueden actuar los artistas exiliados, como Gloria Estefan y Willy Chirino, entre tantos, ni se permiten manifestaciones de protesta que contradigan el discurso oficial.
Y a la inversa en Estados Unidos, todo es a la inversa que la Cuba comunista, se puede cantar, sin importar la filiación política del cantante, y se puede protestar, sin temor a las brigadas represivas de respuesta rápida.
Al final ganó la libertad, expresada civilizadamente…