Miami, estamos creciendo
BY JORGEGASTON
En estos dos últimos años el Condado Miami-Dade y sus 39 ciudades han ido avanzando, lenta pero impetuosamente hacia la posibilidad de convertirse en una metrópoli de envergadura y afortunadamente sigue por ese camino en la actualidad.
Se dice fácil, pero debe alegrarnos pues junto con ello el desempleo ha bajado y la construcción ha puesto en movimiento cientos de otros centros de trabajo que son parte del trabajo de la construcción. Y eso, eso es bueno.
La construcción de grandes edificios para viviendas así como comerciales en el downtown y las zonas de Brickell Avenue, Coral Gables. el Doral, así como la zona de la Playa están siendo los puntos de preferencia de los ricos inversionistas y empresarios que ven en nuestro pueblo un lugar con muchas ventajas, mucho desarrollo y un gran porvenir.
En lo que se refiere al comercio marítimo, los trabajos de dragado en el puerto asegurarán uno de los mejores puntos de descarga de los barcos procedentes del Canal de Panamá, que a su vez se está ampliando para recibir buques de mayor calado. El puerto de Miami resulta el más seguro y cercano cubriendo la parte este de la nación.
Por nuestro aeropuerto se mueven más de 40 millones de pasajeros al año, según me ha informado el Departamento de Relaciones Públicas, uno de los mayores y mas importantes del país.
Además del sol brillante que nos da calor prácticamente todo el año, un porcentaje muy alto de esos 40 millones son turistas. Ese es el gran tesoro que tenemos que cuidar y tratar de mejorar sus condiciones cada año. Mientras más turistas nos visiten y mejor sea el trato que reciban, más aportarán en impuestos.
Es interesante ver las nacionalidades de los que invierten sus dineros en nuestra gran ciudad. Los hay rusos, indios, europeos en general, así como venezolanos, brasileños y colombianos además de muchos de otros países del mundo.
Todo en la vida tiene su explicación, no hay efecto sin causa.
Es indudable que el sur de la Florida disfruta ante todo, de un sol maravilloso que nos convierte en una especie de eterno verano.
Por algo somos el Sunshine State. Eso resulta ser nuestro tesoro, nuestra ventaja más convincente para el inversionista.
Cada día llegan más residentes huyendo de las zonas frías y congelantes del norte del país y hacen de nuestra área el retiro por excelencia.
Otro de los elementos positivos es que vamos para el noveno año consecutivo sin tener que padecer demasiado por grandes huracanes, tormentas y hasta tornados.
Hay que admitir que a veces nos están perjudicando copiosas lluvias que muchas tuberías de alcantarillado de más de 60 años de existencia no pueden resistir, con las inundaciones y agravantes que lo acompañan.
Por suerte ya las autoridades están trabajando en la solución del problema.
Otra situación que tenemos es el transporte público. Hay que decir que es un verdadero desastre. Ese ha sido un tópico que muchas veces he tocado a través de la prensa.
Mi denuncia principal ha sido sobre el famoso “medio centavo de Penelas’’ que hace años nos aseguraron era para resolver problemas del transporte público, y al que
le dimos nuestro voto de aprobación, pero no se utilizó para lo prometido.
Sin embargo, últimamente, para mi alegría, pude comprobar que la ciudad de Miami estaba invirtiendo parte de los más de $160 millones que ese medio centavo recauda al año, adquiriendo buses tipo trolleys y poniéndolos en circulación, sobre todo cubriendo el nuevo estadio y calles principales de la ciudad sin cobrar pasaje.
Eso es un crédito para el alcalde Tomás Regalado y su personal de trabajo.
Además, anunció un proyecto para mejorar y darle más prestigio a la zona del downtown, estrechando las calles en favor de construir aceras más ámplias y con señales que indican al peatón cuantos minutos les falta para poder cruzar la calle.
Coral Gables ha estado utilizando ómnibus iguales, aunque no en la cantidad necesaria. La Playa, por su parte, tiene también su sistema de ómnibus, pero igualmente no en cantidades suficientes.
El resto de las ciudades viene sufriendo desde hace años del tormento de esperar largo tiempo por un ómnibus, muchas veces en paradas a pleno sol, y existen zonas por todo el condado sin ver un transporte que les dé servicio.
Eso nos obliga a usar autos, y ya son cientos de miles los que vemos que circulan por las calles enfrentando el dolor de cabeza de contribuir a crear uno de los peores tráficos de la nación.
En fin, tenemos cosas muy buenas que podemos aun mejorar y otras en las que estamos casi en cero, como el transporte público; los desamparados, un espectáculo desagradable; los aumentos sistemáticos de los peajes en las autopistas y los bajos salarios en general.
Nuestras autoridades, incuestionablemente, son quienes tienen la palabra.